Esta semana vuelve la cuarentena a la ciudad australiana de Melbourne tras un rebrote de casos de coronvirus. Las autoridades locales anunciaron la medida tras la recomendación del Ministerio de Salud para intentar controlar la expansión de los nuevos casos detectados.

El rebrote comenzó a agravarse hace dos semanas y supera los 1000 casos. Se atribuye al incumplimiento de las medidas de restricción en los centros de cuarentena establecidos para los viajeros que llegan desde el extranjero.

"Estamos en una posición más precaria, de mayor reto y potencialmente más trágica que donde estuvimos hace unos meses", explicó el jefe de gobierno de Victoria Daniel Andrews. 

Australia registra más de 8.500 casos confirmados desde el inicio de la pandemia y 106 fallecidos. Las fronteras siguen cerradas, salvo para vuelos especiales y de repatriación. Al comienzo de la pandemia habían logrado una ventaja por la implementación temprana de distanciamiento social.

Las restricciones en Australia, que llegó a prohibir las reuniones de más de dos personas, no fueron tan duras como en otros países afectados por la pandemia, y su gestión de la crisis había sido una de las más elogiadas del mundo, hasta que el rebrote en Melbourne cambió todo.

Sin embargo, las nuevas restricciones en Melbourne serán más estrictas y los habitantes no podrán viajar a sus segundas residencias aunque podrán salir del hogar para acudir a trabajar, hacer compras, estudiar o ir al médico. Restaurantes y cafeterías solo podrán vender comida para llevar, las escuelas extenderán sus vacaciones, mientras que las peluquerías serán las únicas que podrán mantener sus puertas abiertas, de acuerdo a las medidas anunciadas.

Australia, invirtió más del 13% de su PBI en fondos de asistencia y estímulos por la pandemia, y es considerado como el tercer mejor país en la gestión de la lucha contra ésta, tras Corea del Sur y Letonia, según un reciente informe mundial de Desarrollo Sostenible de la ONU.