"Tomé esa foto porque quería que la gente viera la realidad", contó Jana Coombs, una mujer estadounidense que compartió una fotografía de su hijo de cinco años en el momento que llora mientras se encuentra presenciando una clase virtual.

"Los padres tenemos que hacer malabares con la casa, atender a un bebé, recibir cinco mil correos electrónicos al día de los maestros y tratar de mantenerse al día con diferentes aplicaciones, diferentes códigos, diferentes plataformas. Y lidiar con algunos enlaces que no funcionan", expresó la mujer.

La imagen del pequeño recorrió al mundo de la mano de la cadena CNN que se encargó de difundir la historia, con la que empatizaron decenas de personas en el mundo, mientras docentes y estudiantes debieron adaptarse a esta modalidad para continuar los ciclos de enseñanza.

"Después de que esta foto fue tomada, lo llamé al sofá para acurrucarse y le di muchos abrazos, halagos y amor mientras tomábamos un descanso necesario. Tomé esta foto para mostrar la realidad porque sé que no es el único niño abrumado", sostuvo Jana, quien difundió la imagen del pequeño vía Facebook.

Lo cierto es que la situación de pandemia afectó notablemente a la educación: tanto docentes como estudiantes buscan la manera óptima de continuar con la escuela aunque todos sepamos que no es lo mismo.

En la Argentina (así como en múltiples países), la realidad es aún más complicada. Docentes afrontan recortes en sus salarios, así como deben hacer uso de sus propios recursos para trabajar: como la conexión a redes de Internet, uso de tecnología, entre otras cuestiones.

Sin embargo, el riesgo a los contagios y a ser transmisores del virus genera que debamos quedarnos en casa y así cuidarnos entre todos y todas.