Este domingo en Argentina se celebra el Día de la Madre. La palabra "madre" viene del latín “mater” (materia, matriz) y la palabra "mamá" viene del latín "mamma" (teta) y también de AMMA (amor). 

Sin embargo, "no siempre los hijos vienen por actos de 'amor'", analiza Natalia Barrera creadora del método Alquimia Femenina, el cual está dirigido a mujeres que quieren un cambio profundo en sus vidas, liberarse del pasado, para así desactivar cualquier síntoma, limitación o conflicto y renacer como una persona completamente nueva.

"Hay madres que no aman a sus hijos y hay hijos que no sienten amor de sus madres, y hay hijos que sienten que su madre no los quiere", continúa.

¿Entonces a qué amor se refiere el "amor de madre"?

"Al amor 'creativo', al amor de alimentar de hacer crecer y dar vida, nada tiene que ver con el concepto de amar (afecto subjetivo que cada persona tiene en base a sus creencias y experiencias sobre lo que denomina amor)", explica la Directora de la Escuela Nefer. 

"Entonces para descubrir el sentido del 'amor maternal', tenemos que irnos al sentido de alimentar (que es el acto de nutrir y sobrevivir), sin embargo la palabra alimento nos lleva también al concepto de alumno -'alumnus'- alimentado: y acá está la clave del rol materno, ese amor materno que nace del alimento. Una madre guía, nutre y enseña a su hijo desde el lugar de 'maestra', una madre da a luz a su hijo no solo en el momento de su nacimiento, si no en cada paso que da en su vida 'por eso la función de la madre es concretar que su hijo crezca desde la luz y no desde sus sombras'", desarrolló Barrera.

"Una madre es una persona, igual que todas:  tiene su historia, sus carencias, necesidades y proyecciones y va a dar lo que TIENE no lo que QUIERE, su deseo es darle amor a su hijo (el tema es que ella tiene su propio concepto de amor: por ejemplo ella asocia AMAR a las necesidades básicas (techo, comida, colegio, etc). Ella seguramente no tuvo eso en su infancia y proyectará en su hijo las necesidades que cree que a él le faltan pero que en realidad son faltas de ella misma en su niñez. Hará todo lo que ella quería que sus padres hicieran con ella (llenando en el hijo sus propios vacíos emocionales) esto es automático y sucede de manera inconsciente", comentó Natalia en diálogo con Filo.News.

"El hijo asume que la relación es así, hasta que puede ver otras madres y comparar. El hijo crece, va al colegio y empieza a observar que otros niños tienen otra relación con su madre, quizás esta sea demostrativa y desde esa observación empezará a comparar y a cuestionarse 'si su madre lo ama o no', cómo la madre acciona en base a sus carencias de la infancia (dándole al hijo lo que a ella le faltó), la semilla no tártara en crecer y la protección de la sombra aparecerá (el hijo le dirá, lo que a él le falta: abrazo, contención, muestras de cariño, justo lo que la madre no tuvo o no aprendió), porque quizás tiene la creencia de que si es muy amorosa con su hijo puede hacerse ¿homosexual?, o quizás toma el contacto como una especie de abuso (y así podemos encontrar infinitas creencias con respecto al porqué la madre no le demuestra amor desde ese acto, pero sí desde otro lugar)", agregó la especialista. 

"La madre nos puede dar lo que tiene, y lo que tiene es lo que aprendió. El hijo reprochará lo que le faltó (porque el hijo quiere todo)... por ende siempre faltará algo. Este algo es el amor subjetivo que cada uno tiene y que proyecta en base a lo que vio en otros (compañeros, amigos, medios de comunicación, etc)", continuó Barrera.

Entonces ¿el verdadero amor maternal nace de la necesidad de ir a encontrar afuera el "amor" que no me dio mamá? "Sí, el amor está en lo que no te dio, porque gracias a lo que no te dio tu aprendiste a elegir qué vida querías vivir y no amoldarte a la vida que ella te dio", cerró la creadora del método Alquimia Femenina.