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Cuando el arte ataca

La psicosis social y paranoia colectiva del coronavirus nos acecha, no sólo física, sino también mentalmente. ¿Qué rol cumple el arte?

Cuando el arte ataca
Cuando el arte ataca, una reflexión en tiempos de cuarentena

"Cuando el arte ataca" es un tema de Spinetta grabado con Fito Páez en 1986. Allí, el 'Flaco' presenta una supuesta conversación donde hay reclamos en una relación afectiva. Ante cada crítica que se realizan, las estrofas cierran con la pregunta: ¿Quién resistirá cuando el arte ataque?

En este contexto de psicosis social y paranoia colectiva donde la pandemia del COVID-19 nos acecha no sólo física, sino también mentalmente, ¿qué rol cumple el arte? ¿Es una salida o una nueva prisión? ¿Libera los cuerpos o los contrae? ¿Tienen responsabilidades sociales los artistas que producen en esta época?

Para desentramar esta compleja realidad que nos toca vivir, quiero hacer un pequeñito paso hacia atrás - aunque no sea recomendable - pero sólo para tomar impulso. Antes de todas las catástrofes humanitarias que sucedieron en el siglo XX, la literatura utópica, como género en sí mismo, proyecta sociedades ideales donde la convivencia fundada en la amistad y la solidaridad eran moneda corriente.

Por ejemplo, en "Atlántida" (1626) de Francis Bacon, o en "Utopía" (1516) de Tomás Moro aparecen mecanismos de fraternidad entre las personas que se dirigen a fundar sociedades más justas. Incluso estos autores adelantan inventos tecnológicos como el submarino, los aviones, el micrófono, etc, pero todos ellos en función de la plenitud humana.

Lo cierto es que a medida que ingresamos al siglo XX los autores de literatura utópica comienzan un deslizamiento hacia proyecciones negativas, o sea hacia las distopías. También lo comienza a hacer el cine a pesar de sus escasos años de vida (Metrópolis, Fritz Lang 1927). Podría mencionar muchos ejemplos, lo importante es que hechos como la Primera y Segunda Guerra Mundial, el hundimiento del Titanic, los proyectos totalitarios, Chernobyl, la caída del muro de Berlín, el atentado a las Torres Gemelas, etc; son hechos que le quitan toda esperanza de mejora a la humanidad.

Ya no se puede confiar en la tecnología porque quienes gobiernan la destinaron para sembrar muerte. Todas esas esperanzas que se depositaban en un sujeto que creía en sí mismo y en la ciencia para que vivamos en un mundo mejor se desmoronan rápidamente.

Inevitablemente los artistas comienzan a reflejar esta desesperanza durante casi todo el siglo XX hasta llegar a este punto donde, sobre todo el cine y las artes gráficas, nos muestran que la civilización que hemos desatado nos domina por completo, y no nosotros a ella. Películas y series de zombis, zombis nazis, zombis nazis robóticos, guerras tecnológicas a distancia, epidemias invisibles, etc; se vuelven un producto de consumo masivo.

Y aquí me pregunto, ¿hasta donde estas producciones artísticas naturalizan los escenarios apocalípticos que comenzamos a atravesar? ¿Puede ser que el consumo desmedido de escenarios distópicos nos está fritando el cerebro? ¿Hay una responsabilidad del artista en la psicosis social, la xenofobia, la discriminación y la violencia? Pareciera que los únicos que envían malos mensajes son los medios de comunicación - que lo hacen - pero acaso, ¿una serie con una mega producción, actores y actrices de élite, lindos planos y buenos FXS no están haciendo lo mismo? Quizás simplemente se sienten harina de otro costal solo porque "hacen arte" y no demagogia, y quizás los espectadores también lo consumimos con otro valor por ese mismo motivo.

¿No es lo mismo una placa de Crónica diciendo "Mueren dos personas y un boliviano" que "Years and Years" forzando el guión para que un ciudadano inglés de clase media "se enamore en 2 días de un refugiado ucraniano queriendo mostrar que se juega por su verdadero amor ante un bombardeo nuclear"? ¿No hay ahí una romantización del refugiado? ¿También es persona no? ¡Puede ser "lindo" y buena persona a la vez! Wow...

Los y las que trabajamos produciendo sentido - llámense artistas u obrerxs del arte, que para mi hoy no es lo mismo - deberíamos pensar de qué manera influimos en el espectador. Siempre, pero sobre todo ahora, donde tenemos familias confinadas en sus casas, consumiendo productos audiovisuales vorazmente, perdiendo contacto real con la sociedad, con su vecino, con el inmigrante, con todo aquel que muchas veces se configura como el "sospechoso" de algo.

Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Aprovechar esta situación para saturar el mercado literario, visual y audiovisual de obras distópicas solo para parecer cools y mostrarnos actualizados? ¿O quizás redefinir las estructuras del género para proyectar y fomentar alternativas utópicas? ¿No es acaso, la sociedad en el bosque de Fahrenheit 451 una soplo de viento fresco ante tanta opresión? Retomando al "Flaco": ¿Quien resistirá cuando el arte ataque?

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