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Día del panadero: el curioso origen del nombre de las facturas

No fueron al azar, vigilante, suspiro de monja, bombas de crema, cañoncitos todas tienen una connotación y son un irónica forma que tomó una protesta histórica. 

Día del panadero: el curioso origen del nombre de las facturas

Con la llegada de los italianos que se dedicaron a la pastelería  el 4 de agosto de 1887 nació también el primer sindicato anarquista llamado Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Cuyo fin era, no solo mejorar las condiciones laborales, sino también "lograr el mejoramiento intelectual, moral y físico del obrero y su emancipación de los abusos del patriarcado". De los reclamos hechos por los trabajadores en dónde los horarios y condiciones laborales eran abusivas, surgieron las primeras huelgas y luchas con la patronal. 

El 29 de enero de 1888 el sindicato anunció que, a raíz de la suba de alimentos y de los alquileres, los sueldos de los obreros habían quedado demasiado atrasados y, si no revertía esa situación, irían a la huelga. Por lo general, el personal de planta de una panadería estaba conformado por el maestro de pala, el amasador, el ayudante, el estibador, el encargado de las máquinas y el repartidor y un par de peones.

Los empleados exigían el 30% de la suba del salario, más un peso adicional por la comida, ya que la que servían era de una calidad dudosa, y un kilo de pan por día, además que los salarios fueran semanales, como así también dejar de trabajar por la noche. 

Los reclamos fuero ignorados y descartados por los dueños panaderos. Y los obreros iniciaron la huelga; Por un lado el intendente porteño de ese momento Antonio Crespo ofreció traer obreros desde pueblos del interior y enviar empleados municipales para la elaboración del pan. 

Desde el otro frente , los trabajadores huelguistas  juntaban dinero para su causa, por medio de colectas, que les permitiese mantener la huelga en pie y hacer publicaciones para informar como iban las cosas y lograr un mayor apoyo .

Los que colaboraban en la causa donaban bajo seudónimos para no ser reconocidos, tales como: Muera mi patrón, 0,10$; Uno que trabaja 16 horas dona $ 0,10; Para destruir, $ 0,15. etc.

La huelga fue un éxito y consiguieron los ítems exigidos y los obreros panaderos quisieron dejar una huella de esa lucha, así fue como  para inmortalizar el momento realizaron las deliciosas facturas que hoy comemos con esos nombres tan peculiares. 

 Así nacieron las bolas de fraile, el sacramento y el suspiro de monja (en algunos lugares también se los conoció como “pedos de monja”) como una critica a la religión y a los curas y las monjas que se oponían a las huelgas ; el vigilante, para ridiculizar a la policía; los cañoncitos y las bombas de crema, por los militares; mientras que los sabrosos libritos eran una crítica a la educación que imponía el estado. Algunos sugieren que la forma particular de la cremona, invento que un italiano desarrolló en el país, está formada por la unión de la letra A de anarquismo.

Vigilantes | Foto: Archivo
Bolas de Fraile|Foto: Archivo

Por eso todos los 4 de agosto se celebra el día del Panadero Obrero en homenaje a la creación del Sindcato ¿Y vos conocías la historia? 

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