Aula Abierta, una agrupación de docentes fundada durante la cuarentena para promover el regreso a las clases presenciales en todos los niveles educativos, publicó el pasado sábado una carta reclamando por la apertura de las escuelas.

"Si realmente todos los docentes consideramos a la escuela como una institución fundamental y queremos luchar contra la desigualdad y la pobreza la vuelta a la escuela es un imperativo ético. Es insostenible poder tomar algo en un bar mientras los alumnos no pueden verse en la escuela con sus compañeros y sus docentes, o decir que la escuela es una institución esencial mientras las mantenemos cerradas", manifiestan los firmantes, que en su mayoría son docentes.

Algunas de las cuestiones que se remarcan en el escrito son el esfuerzo que el personal educativo está realizando para poder sostener las clases a dsitancia y los efectos sociales y emocionales que puede generar la prolongación de esta metodología en los alumnos.

"El esfuerzo que están haciendo muchos directivos, tutores, maestros, profesores, preceptores, personal administrativo y personal auxiliar es cada vez más difícil de sostener, en algunos casos hay un profundo agotamiento no sólo físico sino también psíquico y mental", sostienen.

Y añaden: "Las escuelas cerradas profundizan la desigualdad social, se están provocando daños que pueden ser irreparables. Vemos y sabemos que hay en muchos chicos cuadros depresivos, desánimo, incertidumbre. Los intentos de vinculación con cada chico y con cada familia son en algunos casos enormes pero insuficientes".

Basándose en la opinión científica y en la experiencia en distintas partes del mundo, los docentes sostienten abrir las escuelas no provoca un aumento sensible en la propagación del coronavirus (COVID-19).

"Todos debemos tener en claro que con las escuelas cerradas los chicos pierden y si pierden los chicos, perdemos todos porque perdemos el futuro", concluye la carta.