El martes pasado, Spencer Elden, que a sus cuatro meses se convirtió en el protagonista de una de las portadas más famosas de la historia musical, denunció a los exintegrantes de Nirvana y los acusó de explotación infantil por la tapa del álbum Nevermind.

La denuncia, presentada en un juzgado de California, afirma que el grupo "promocionó explotación infantil de Spencer de manera intencional y comercial e hicieron uso de la impactante naturaleza de su imagen para promocionarse a sí mismos y su música a costa de Spencer".

Al mismo tiempo, la demanda también sostiene que los acusados se beneficiaron y continúan percibiendo beneficios gracias a "la comercialización de la explotación sexual" de Elden y no sólo apunta a los miembros del grupo, sino también a Kirk Weddle, quien fue el fotógrafo de la portada, y a Courtney Love, como heredera del patrimonio de Cobain.

De acuerdo a lo reportado por los medios, lo que Elden busca es una indemnización por "los daños que ha sufrido y seguirá sufriendo de por vida".

"Todos los que participaron en el disco tienen toneladas y toneladas de dinero. Me siento como si fuera lo último del grunge. Vivo en la casa de mi madre y manejo un Honda Civic. Es difícil no enojarse cuando oís la cantidad de dinero que había en juego", expresó hace unos meses, dando a entender su disgusto para con la situación.