Después de varios meses de preocupación y de alcanzar la cifra récord de -0,19 metros en el mes de agosto, el río Paraná continúa la tendencia de semanas anteriores e incrementó su caudal en la ciudad de Santa Fe y su región.

Ahora, el río alcanzó una altura de un metro y medio, cifra que no lograba desde fines de abril, cuando continuaba lo que sería una de las bajantes más inusuales de la historia de la Argentina.

De manera provisoria, el paisaje ribereña recupera cierta normalidad y en la capital santafesina ello se ve reflejado en la Laguna Setúbal, que se encuentra con más cantidad de agua, y, por ende, mejor navegabilidad.

Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) mantienen desiguales sus pronósticos respecto a la tendencia en alta que viene registrando el Paraná. Y es que, según sus proyecciones, para el 2 de noviembre se prevé que el Paraná suba a 1,76 metros en el puerto santafesino, mientras que para la semana siguiente ya avizora un descenso a 1,28.

En el mismo informe, el INA destaca una "mejoría de corto plazo en el patrón de lluvias sobre la región de respuesta más rápida". Sin embargo, aclara: "No debe desatenderse la tendencia climática, la que aún sigue siendo desfavorable".