En Francia todavía sigue latente el ataque terrorista ocurrido hace cinco años perpetrado por miembros de Al Qaeda a doce trabajadores de la revista satírica Charlie Hebdo.

Tras la decapitación de Samuel Paty, un profesor francés que le había mostrado, en una clase de libertad de expresión, caricaturas de Mahoma a sus alumnos, el peligro por posibles episodios terroristas volvió a ser "muy alto".

Así lo afirmó el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin en conversaciones con la radio local France Inter. "Tenemos muchos enemigos dentro y fuera del país", aseguró el funcionario.

Estas declaraciones se enmarcan en boicots y marchas en contra de Francia ocurridas en países como Turquía, Bangladesh o Pakistán, donde se repudia la postura que tomó el jefe de Estado, Emmanuel Macron.

Siguiendo esa misma línea, desde el Gobierno ratificaron los planes de disolver organizaciones islámicas que pregonen visiones radicales o tengan financiamiento extranjero.

Sobre esto, Darmanin declaró: "Hay una batalla contra la ideología islamista. No debemos ceder. Pero la fe musulmana tiene todo su lugar en la República".