Cuando venga el caos, el hambre y problemas sociales, ese será el terreno fértil para que los aprovechadores lleguen al poder y no salgan más de él (sic). Con esas palabras Jair Bolsonaro se pronunció frente a periodistas al salir del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.

El mandatario advirtió que la crisis económica que generará la pandemia de coronavirus puede provocar "caos" y una posibilidad para que "aprovechadores" y "oportunistas" intenten sacarlo del poder, en el marco de su insistencia contra el aislamiento social para enfrentar a la enfermedad.

Bolsonaro comentó nuevamente en que con la pandemia que transita el mundo "va a morir gente, no hay otra, y es por eso que el virus y el desempleo deben ser tratado juntos", al ratificar su posición de que no debe cerrarse ninguna actividad económica.

Al mismo tiempo, se refirió en dos oportunidades sobre que puede ser blanco de una jugada destituyente: "Si Brasil sigue con los empleos destruidos, verán la desgracia que se diseminará por todo el país".

Bolsonaro evitó hablar sobre medidas compensatorias frente al freno de la actividad económica e insistió en que "si el empleo es destruido muchos morirán en sus casas por suicidio, depresión y otras enfermedades psiquiátricas".

El 26 de febrero, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria confirmó el primer caso de coronavirus en este país. Un hombre de 61 años llegado de Italia. Desde entonces, Brasil encabeza la cantidad de personas infectadas por el virus en la región.  

A los diez días de ese primer infectado, se superó la barrera de los 100 casos confirmados. Tras conocerse la noticia, Bolsonaro declaró que “el poder destructivo de este virus está exagerado”. 

A la fecha el país cuenta con 4330 casos confirmados de personas infectadas por coronavirus, al tiempo que 140 han fallecido. 

La negación de raíz en lo que a la gravedad de la pandemia significa, desoír a la Organización Mundial de la Salud, la falta de medidas coordinadas, el llamado a que el país siga en marcha y su densidad demográfica, parecen ser un peligroso antecedente en lo que puede convertir a Brasil en un nuevo foco de infectados en el planeta.