Ir al contenido
Logo
Actualidad

La dura carta de un médico contra el juez y el neurólogo que ordenaron suministrarle dióxido de cloro a un paciente

La medida generó preocupación y provocó un fuerte repudio por parte de la comunidad médica.

La dura carta de un médico contra el juez y el neurólogo que ordenaron suministrarle dióxido de cloro a un paciente

El fallo del juez federal subrogante Javier Pico Terrero, que obligó al Sanatorio Otamendi a suministrarle dióxido de cloro intravenoso a un paciente con coronavirus en grave estado, generó una fuerte preocupación en la comunidad médica.

Es que la sustancia no está autorizada como fármaco, no posee la autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y está comprobado que su ingesta puede provocar graves consecuencias en la salud.

Desde la comunidad médica consideran que la decisión judicial podría sentar jurisprudencia para recetar tratamientos que no están autorizados por las entidades regulatorias correspondientes y evalúan qué acciones realizar en repudio a la medida.

La dura respuesta de un médico

El cardiólogo y especialista en hipertensión pulmonar y trasplante de pulmón y corazón, Sergio Perrone, cuestionó la resolución judicial y criticó al neurocirujano personal del paciente, Dante Convert, quien le recetó el tratamiento con dióxido de cloro.

“Será un placer poder asistir médicamente a aquellos que tengan los efectos indeseables del dióxido de cloro, eliminar de la carrera de medicina a aquellos ‘neurocirujanos’ (que aplican una práctica tan particular, no muy distante de la que le dieron a Maradona) y, por sobre todo, a personas como Terrero que aparentemente se le olvidó el latín en un concepto básico de la medicina: ‘primum non nocere’ (lo primero es no hacer daño)”, expresó Perrone.

Dijo que "existen tratamientos con más basamento científico que pueden ser de utilidad en algunos pacientes con COVID-19 que el dióxido de cloro, que no sólo ya ha cobrado sus víctimas sino que también ha provocado daños en órganos vitales" y precisó algunas de las consecuencias que puede generar la ingesta de este compuesto, como insuficiencia respiratoria, cardíaca y hepática aguda, arritmias, hemólisis, vómitos y diarrea severa. "Todo depende de la concentración en que el dióxido de cloro se incorpora al organismo", indicó.

"No sé si el excelentísimo colega o el juez saben que el dióxido de cloro (CLO2) es un compuesto químico que consta de un átomo de cloro y dos átomos de oxígeno (supongo que deben haber estudiado algo de química). Además es fácil recordarlo: Di: dos, Oxido: Oxígeno, Cloro: Cloro. Perdonen las ironías, pero desconozco el nivel intelectual de los interlocutores y las uso solamente para amenizarles el relato, aunque sé que algunos, entre ellos el magistrado y el neurocirujano, la tomarán seguramente como una afrenta personal", ironizó.

Y, en esa línea, prosiguió: "Si alguien respira dióxido de cloro, esta sustancia podría ser absorbida a través de los pulmones, lo cual complicaría a un paciente con neumonía por coronavirus. Así que será cuestión de tomar la solución, seguramente preparada en concentraciones ‘a ojo de buen cubero’ (perdone señor juez, pero acá sí que se me acabó el latín) por Dr. Facebook o por sus colegas Dr. Twitter o Dr. Instagram, y que Dios los ayude".

En el cierre del texto, el profesional se ofreció para asistir al paciente en caso de que éste sufra algun efecto tóxico, pero dejó una dura advertencia para el juez subrogante y el neurólogo: “Si le produce algún efecto tóxico, llame a Dios, él está disponible a toda hora o a mí, que también atiendo a toda hora, nunca abandonaría a un paciente. Pero si decide llamarme a mí, sepa que después de hacer todo lo posible por salvar la vida del paciente, con todo lo que la ciencia pone a nuestra disposición, iré contra usted, su neurólogo de cabecera y su juez, por una medicina y una justicia mejor. El que avisa, no traiciona".