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La oposición, otra vez envuelta en su interna, y la primera advertencia a Massa

Carrió reavivó la interna en Juntos por el Cambio, que salió a rechazar sus declaraciones; el silencio de Macri; el kirchnerismo advierte al ministro de Economía por un tema clave.

La oposición, otra vez envuelta en su interna, y la primera advertencia a Massa

La oposición pasó de ser un observador de la crisis política en el Gobierno nacional y volvió a ubicarse en el centro de la escena. ¿Qué sucedió?: Elisa Carrió.

“Lilita” reapareció y la interna en el frente opositor escaló a niveles que no se percibían desde hacía exactamente un año, cuando sus –entonces- precandidatos encaraban la recta final de la campaña rumbo a las PASO. La líder de la Coalición Cívica (CC) apuntó contra otros dirigentes de la coalición por presuntos contubernios con el flamante ministro de Economía, Sergio Massa. Disparó contra representantes de –casi- todos los sectores: Emilio Monzó –enfrentado con Mauricio Macri-, Rogelio Frigerio, Gerardo Morales –de la UCR-, Cristian Ritondo –candidato de María Eugenia Vidal en la Provincia- y Patricia Bullrich.

“Massa salvó a Juntos por el Cambio porque delimitó a los que querían confundir el año que viene a Juntos por el Cambio con un neo-PJ con Massa. Ahora no saben dónde están”, sostuvo. Sus declaraciones provocaron un amplio rechazo en el conglomerado opositor. “Basta, Carrió”, “degradante”, “tóxica” e “irresponsable” fueron algunas de las réplicas. “El camino es la transparencia”, fue la escueta –y contundente- respuesta de Carrió. Su espacio también salió a respaldarla: “Tal vez quieren que se retire definitivamente de la política, pero no pueden pedirle que le mienta a la sociedad".

La ex diputada, sin embargo, dejó al margen de su ofensiva al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. “Es amigo de la época de la Anses, pero no tiene negocios”, aclaró. ¿Tendrá que ver con el armado de listas para 2023? “El límite es el agravio”, respondió, casi obligado por su posición dentro de la coalición, el alcalde.

¿Y Mauricio Macri? Carrió dijo que habló con el ex presidente. ¿Estaba al tanto del tembladeral que provocarían sus declaraciones? Lo dejó, por lo pronto, en una posición incómoda: el ex mandatario rechaza la ampliación de Juntos por el Cambio hacia sectores ligados al peronismo –aboga, en cambio, por incluir ideas como la de Javier Milei-, pero salir a respaldar a la dirigente de la CC lo dejaría aislado en la coalición. Por ahora, elige el silencio. Desde su entorno, sólo emitieron un tuit. “Con Mauricio creemos que tenemos cuidar que JxC no se contamine con relaciones poco claras con el autodenominado panperonismo”, escribió el ex secretario General de la Presidencia entre 2015 y 2019, Fernando de Andreis. En el mismo hilo, señaló que “algunas declaraciones podrían no ayudar”: “Creemos que hay que encontrar formas de marcar nuestras diferencias sin descalificar a terceros. No nos distraigamos del objetivo fundamental de rescatar a la Argentina”.

Resta poco más de un año para las PASO. Falta mucho, sobre todo en la Argentina, y, a la vez, no tanto. “La unidad está asegurada”, dijo Carrió. ¿Lo está? La campaña comenzará en pocos meses. En este marco, una desescalada podría ser sólo transitoria. Porque lo que se discute, en el fondo, es la idea que quiere plasmar Juntos por el Cambio. A simple vista, se observan divergencias notables entre radicales y –al menos un sector- del PRO, por ejemplo. Quedaron al descubierto cuando rechazaron la incorporación del líder de La Libertad Avanza. ¿Alcanza, entonces, con sostener la unidad para llegar a la Casa Rosada? Experiencias recientes demuestran que no.

Los papeles se invierten. El Gobierno, ahora, intenta mostrar cierto orden, tras semanas traumáticas, producto de meses de tensiones internas. Detrás del ministro de Economía, Sergio Massa, el oficialismo habla de una “nueva etapa”. Por ahora, las voces críticas se mantienen en silencio. Se encienden en el tablero, sin embargo, algunas luces de alerta.

A las constantes advertencias de Juan Grabois, se sumaron en los últimas horas dos hechos. El primero, la salida de Claudio Lozano del Banco Nación, en medio de críticas a Silvina Batakis –titular de la entidad, tras su paso fugaz por el Palacio de Hacienda- y cuestionamientos al rumbo económico del Gobierno.

El segundo, tal vez más relevante, es la cuestión energética. Todo parece girar alrededor de un área clave para el kirchnerismo. Vale la pena recordar que un ajuste en las tarifas explica –en gran parte- la derrota de Macri en 2019. Sólo por mencionar la experiencia local. En América Latina, los ‘tarifazos’ desataron verdaderos estallidos sociales; en Alemania, advierten, millones de personas no podrán pagar las facturas de gas por el alza de precios que provocó la guerra en Ucrania.

El ministro de Economía logró imponer cambios en la Secretaría. Desplazó a Darío Martínez y a Federico Basualdo (subsecretario de Energía) –algo que no pudo ninguno de sus antecesores- y anunció un recorte de subsidios más severo que el que había diseñado Martín Guzmán.

La vicepresidenta Cristina Kirchner –antes de estas medidas- compartió una foto junto al ex titular de la Cámara de Diputados. Una señal de respaldo que nunca tuvo Guzmán y que no logró Batakis en sus 24 días al frente del Ministerio.

Alberto Fernández, Axel Kicillof y Sergio Massa, al encabezar un acto en Salliqueló. | Foto: Presidencia.

Sin embargo, aun en silencio, el kirchnerismo le marcó la cancha. “Garantizar energía a valores razonables en los hogares", pidió ayer Axel Kicillof, en el primer acto que compartieron Alberto Fernández, Massa y el gobernador bonaerense bajo este nuevo esquema.

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