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Matías Bottero: "Esto no es cancelación. Esto es gente de la tele ofendida"

Matías Bottero, humorista y creador de contenido, es el nuevo invitado de Caja Negra, el ciclo de entrevistas de Filo.news conducido por Julio Leiva.

Matías Bottero: "Esto no es cancelación. Esto es gente de la tele ofendida"

Después de tantos palos, por fin se le cumplió el deseo a Matías Bottero: llegó a Caja Negra y se convirtió en el nuevo invitado de este ciclo de entrevistas conducido por Julio Leiva.

Ahora sí, ya todos nos sacamos un peso de encima: Matías —humorista y creador de Basura Semanal— ya no va a tirar más palos y sus seguidores no van a tener que seguir preguntando cuándo sale su Caja Negra. Y la primera pregunta va por ese lado: cómo maneja que la gente lo acompañe en todas.

"Eso la verdad que es muy loco. Me viene pasando que toda la gente, en cuanto tiró una indirecta, una chicana o algo en mis videos, todos se copan y se suman a eso. Pero creo que tiene que ver con esto de que construí en la Basura Semanal algo que la gente entiende y comprende de qué se trata. Que es un contexto humorístico en donde hay una persona que hace un personaje, que es ese personaje que se mete con todos, que no le importa nada, que ataca a cualquiera. Y creo que las personas que miran tres o cuatro Basuras Semanales se dan cuenta de eso y por eso pasa esto; este feedback hermoso en donde por ahí ahora recibo estas denuncias y entro a Twitter y no hay nadie criticándome o nadie poniéndose en contra mío. Y me parece que esto es porque se hizo algo bueno en la Basura Semanal", explica.

Pero el tema de las denuncias lo vamos a dejar para después. Primero vamos con la etapa menos conocida de Matías: la de la infancia, su entorno familiar y cómo se empieza a gestar, hace diez años, la parte que todos conocen a través de YouTube.

Su entorno familiar es fácil de explicar: es hijo único. Sin embargo, no es el primer youtuber en serlo, ni el segundo, ni el tercero, ni el último. Tan así que dice que habría que hacer una tesis sobre eso. "El otro día se lo decía a Pablo Agustín. Hay que analizar por qué, a quién le gusta todo eso, hay que analizar por qué pasa esto de que muchos youtubers somos hijos únicos. Pero sí, con padres separados desde los tres años, así que siempre acostumbrado a eso, pero con padres muy presentes. Y creo que eso fue fundamental en mi vida. De hecho, yo siempre remarco lo que fue mi viejo para mí y mi vieja: al ser hijo único, tuve una sobreprotección muy grande de ambos. Y así que fui criado muy bien, no tuve una infancia difícil. Pero bueno, se me disparó muy rápido el tema de hacer videos. Yo a los 15 años, 16 años ya empecé a ver que eso es lo que me gusta. Empecé a sentir esa vocación y fue. Y ahí arranqué, como dijiste hace 10 años y fue muy bueno", comenta.

Y ese pibe de 15, 16 años va a volver cada vez que habla con sus viejos, con quienes sigue manteniendo una relación cercana a pesar de que el que pone la cara en los videos sea el padre: "Me pasa algo muy loco, que es que por ahí, a raíz de todo esto que me está pasando y que uno se vuelve conocido, por así decirlo, cambia cómo te trata la gente. Y me mata que todavía mis viejos me siguen tratando como ese pibe de 16 años, 15 años y me causa mucha risa eso. Como mi vieja me sigue cagando a pedo por boludeces, me llama por teléfono a cada rato y para retarme por algo".

Sí, no se lo pregunten más: lo reta por los videos, pero no por las cosas que dice, sino por la estética: Así lo cuenta: "Le preocupa si uso una remera fea, si no estoy bien peinado, si tengo los pelos acá, si está arrugada la ropa... el tema de los chistes no sé, no le afecta tanto, pero sí se mete. De hecho a mis historias me las responde diciendo 'No, pero mirá ese fondo...' Así que siempre, siempre".

En cambio, su papá, todo lo contrario: "Mi viejo es como mi socio en esto de los videos. De hecho es como mi asistente, porque yo cuando tengo de producir algo para para un video se lo pido a él. Por ejemplo, en el último que tengo el gang-gang ahí al lado, que es como un cartel que hay abajo le dije a mi viejo necesito eso. Él fue, me lo armó. Si necesito algo se lo pido, me lo consigue y está todo el día mirando los comentarios y me saca el cálculo de cuándo llego al millón, que según él es ahora en noviembre, según su cálculo".

Si bien su fuerte es la creación de contenido, la infancia de Matías no estuvo sumergida en videojuegos, cámaras de grabación y ensueños de estar en la TV, sino que todo lo contrario: lectura, lectura y lectura. De hecho, en los actos era él el que se encargaba de leer. Siempre así hasta que llegó el secundario y en lengua lo mandaron a hacer un radioteatro.

Ahí quedó encantado con un programa precario llamado Mixcraft que le sirvió para empezar a gestar de manera muy rudimentaria su pasión por lo audiovisual. Así lo cuenta: "El programa tenía una pista y yo grababa canciones encima. A partir de ahí vino la debacle de todo lo que era leer y ese tipo de cosas, porque me empecé a convertir en otra persona. De alguna forma dejé de ser ese pibe que estudiaba mucho, que se preocupaba por las materias y empecé a llevarme seis materias por año y todo era porque me empecé a dar cuenta que me gustaba otra cosa y las canciones eran zarpadas".

A tal punto escaló la cosa que las autoridades de la escuela a la que iba decidieron echarlo porque era considerado un "líder negativo". ¿Por qué? Bueno, las canciones que hacía eran insultando a la rectora del colegio, criticando la religión —su colegio era católico— y se metía con los chicos del otro curso porque había pica entre la gente del B y la gente del A.

Después de tener que terminar el secundario en otra institución, Matías se volcó de lleno a los estudios y a la dirección de cine, metiéndose más por la televisión que por el cine en sí mismo, en realidad. "A mí la tele me fascinaba. Yo siempre fui de una cultura televisiva muy fuerte. Como te decía, yo no tenía Play, yo no tenía compu y yo me la pasaba mirando. Yo me acuerdo de mirar CQC, TVR, Duro de domar. Yo me enganchaba con los monólogos de Pettinato. Era pendejo y no entendía casi nada de los chistes y sin embargo había algo ahí que me gustaba", reconstruye.

Ahora, la pregunta del millón: ¿extraña esa televisión? La respuesta es sí... PERO, que disfruta todavía de buenos programas como los de Darío Barassi, Jay Mammon o Guido Kaczka: "Me parece que son programas buenos, divertidos... creo que hay cosas buenas. Creo que tenemos muy buena producción televisiva en comparación con Latinoamérica. Si vamos a la historia televisiva en Latinoamérica, la producción nuestra es de lo mejor sin dudas. Hemos tenido programas que se han vendido a todo el mundo y también lo que tenía la televisión es que nunca fue de incorporar formatos extranjeros, siempre fue muy nacional, por así decirlo. Y ahora sí ya empezaron con traer formatos de afuera, pero a mí me encantaría que la tele cambie porque creo que es un medio hermoso".

Retomando sobre la carrera, lo que le dio es la pasión por el guion y, a su vez, el guion es lo que sostiene a la Basura Semanal. De hecho, Matías admite que, de no existir guion, de ser improvisada, la Basura Semanal no podría hacerse: "Mucha gente me dice: 'Pero a veces te preocupas mucho, improvisá un poco'. No se puede hacer la Basura Semanal improvisado porque claramente cuando vos la ves te das cuenta de que eso está hecho y te hace reír porque está pensado, porque cada chiste está tirado en el momento justo, porque hay un chiste cada 15, 10 segundos, que eso para mí es clave".

"Es parte de esta dinámica en la que vos entrás, apretás play y ya sabés que va a haber un chiste detrás del otro, que en alguno te vas a reír. Porque en un minuto te tiro cinco chistes y te vas a reír. Todo está pensado. Los chistes de humor negro están hechos de una forma para que no me cancelen. También está pensado de hacerlo de una determinada manera y eso se hace gracias al guión que, para los que me dicen 'Eh, vos no subís basura semanal', la gente a veces tiene que entender que la escritura de un guion requiere de inspiración", sigue.

A su vez, también recuerda el momento en el que ganó el Filo.top al mejor youtuber de 2020: "Mi papá estaba en Mar Azul. Lo llamo por teléfono llorando y le digo: 'Pa, gané el premio al mejor youtuber del año', y mi viejo empezó a llorar. Así que fue muy loco eso. Mi viejo empezó a llorar conmigo y me dijo: 'Siempre confié en vos. Yo sabía que lo ibas a lograr'... muy fuerte, muy fuerte, porque encima ahora es como que siempre estaba siempre conmigo apoyándome".

Ahora sí, vamos con el tema más ríspido: su humor y la reacción de los protagonistas de sus chistes. Peeero, pausa: primero vamos con los límites que Matías considera que hay que ponerle al humor.

"Los límites del humor son personales, yo lo tengo muy claro. Nadie, nadie te puede decir cuál es el límite general, porque si no es una imposición y, ¿quién es la persona, o quiénes son las autoridades, o la organización que define de qué nos podemos reír y de qué no? Cualquier determinación que se toma sobre eso es algo completamente autoritario, porque el humor es completamente subjetivo. Ahora puede venir acá una por un tercero y contarnos un chiste sobre el cáncer y quizás vos no te reís y quizás yo me cago de risa y vos no te reís por cuestiones tuyas, que no tiene nada que ver porque viviste una situación con el cáncer. El problema está en que yo no te puedo decir a vos: 'Che, reíte' y vos no me puedes decir a mí 'Che, no te rías'. Para mí eso es lo fundamental: entender que los límites son subjetivos y que vos te podés ofender por un chiste; yo no pretendo que nadie se ofenda por los chistes que hago. El problema es que a mí nadie me puede decir: 'No podés hacer ese chiste'", desarrolla.

Su descargo sobre las denuncias

Cinthia Fernández y Morena Rial me denunciaron por la Basura Semanal número 49 por unos chistes que hice. Cinthia Fernández me denunció por violencia de género, básicamente por hacer chistes de ella, por su candidatura política y que ella había mostrado su cuerpo y dijo: "Para las feministas truchas" y Morena Rial, no sé de qué me denunció porque todavía no me llegó la notificación. Supongo que por discriminación, por un chiste que hice sobre su cuerpo. Pero yo, como decía, no pretendo que no se sientan ofendidos. Está perfecto que Cinthia Fernández y Morena Rial se sientan ofendidas. No te puedo obligar "che reíte, no seas mala, reíte de vos misma". Pero ellas a mí no me pueden decir "No podés hacer un chiste sobre mí". Vos sos una figura pública y como figura pública tenés que aguantar que, a veces, la gente opine sobre vos, te critique. A veces me comparan con Rial... yo no me meto en cuestiones privadas. Yo hablo de cosas que son públicas, historias de Instagram, portales de noticias, lo que hablan en la tele. Yo no me meto con quién se acuesta Cinthia Fernández o con lo que hace Morena Rial cuando sale a bailar. No me interesa. Me meto con las cosas públicas y, en base a eso que muestran, yo tengo el derecho de opinar de eso que me están mostrando. Y eso de los chistes no sé si ir puntualmente al chiste por el que me denuncia Morena Rial, pero es un poco de esto, de que yo tampoco soy boludo. Y cuando hago un chiste fuerte sé muy bien como hacerlo, porque está guionado, porque está estructurado. Los chistes, como expliqué en el video de Martín Cirio, más allá de que el límite del humor es subjetivo y que no hay nada que nadie ni nadie nos puede imponer cosas, tienen un contexto. No es lo mismo hacer un chiste sobre judíos en una sinagoga que hacer un chiste de judíos en un canal de YouTube en donde el público es completamente diverso y que no estás haciendo humor para una determinada población. Entonces el chiste tiene un contexto y el contexto de la Basura Semanal es muy evidente. Por eso me reía mucho con esto de las denuncias cuando leía los chistes entre comillas escritos y, obviamente, lo leés escrito y decís: "A la mierda, mirá lo que dije...".

Consultado por Julio Leiva sobre si Matías Bottero, como persona, piensa todo eso con lo que hace chistes en los videos, responde: "Yo le tiré mierda a Messi y soy fanático de Messi. Yo amo a Messi y sin embargo en la Basura Semanal le dije pecho frío en un chiste, porque para mí no deja de ser humor. Y para mí fue un chistazo, porque Maru Botana estaba chupando un hielo y se venía a la Copa América justo la semana que viene. Y digo bueno, ahora Maru Botana se va a calentar porque va a ver jugar a Messi. Es el contexto de la Basura Semanal lo que me hace bardearlo. Yo le tiro palos a los streamers y con los streamers no tengo nada; te tiré palos vos, a Caja Negra... para mí dentro de ese marco yo dejo de lado mis pensamientos y dejo de lado cómo me caen las personas, porque si no es como que yo odio a todo el mundo. Y la verdad es que a mí me chupan un huevo Cinthia Fernández, Yanina Latorre y esa gente".

Por otro lado, afirma que, con estas denuncias, no está siendo cancelado: "Esto no es cancelación. Esto es gente de la tele ofendida. Y la cancelación creo que tiene que ver cuando un grupo grande de la sociedad se pone de acuerdo para decir 'no te veo más por estos motivos'. Eso no está sucediendo. Creo que no, creo que por más que yo joda, creo que no va a suceder. Creo que a esta altura no va a suceder. Creo que ya tengo la suficiente visitas y conocimiento y reconocimiento como para que la gente me pueda cancelar y no me cancelan. Estamos viviendo en el tiempo en donde no podés decir absolutamente... o sea, cancelan a Paulina Cocina por decirle coreanito un zapallo y no me cancelan a mí, que básicamente me estoy burlando de una persona gorda. ¿Cómo puede ser?".

Si vamos a la caja negra de su vida, ¿cuál es el momento en el que se convierte en Matías Bottero?

"Vos sabés que yo sabía que ibas a hacer a esa pregunta y la vengo pensando hace rato y no sé. Yo siento que el momento que me convierte en lo que soy ahora es el momento en que tuve mi primera materia de guion en la facultad. Y yo sé que la Basura Semanal nunca la hubiera hecho si yo no hubiera sabido que era bueno guionando. Entonces creo que ese como el momento del click de mi cabeza En definitiva, hoy soy guionista. Me considero más un guionista que otra cosa. Y siento que si me contratan para ser guionista en algo lo puedo hacer. Siento que ese es mi talento", finaliza.

Hacia el final de la entrevista se abre la caja. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?

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