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La historia de Nicolás Marín: el fotógrafo submarino que lucha contra la contaminación del océano

El joven de 21 años le dedica su vida al océano, en donde hace reportes audiovisuales increíbles sobre la vida marina, pero también milita contra el gran problema que nos afecta a todos si no cambiamos nuestros hábitos: en pocos años habrá más plásticos que peces.

La historia de Nicolás Marín: el fotógrafo submarino que lucha contra la contaminación del océano

Nicolás Marín encontró su pasión en el mar: siendo un joven de 21 años se desempaña como fotógrafo submarino y está a la espera de viajar a Brasil para continuar trabajando en nuevo proyecto en el que hará un reporte audiovisual de micro plásticos en océanos y playas y de vida marina.

Su primera oportunidad llegó cuando abandonó el marketing, área en el cual había trabajado, para hacer una especie de búsqueda personal: “Donde yo estudiaba mandaban oportunidades de trabajo todo el tiempo, y un chico que estaba viajando por México mandó una propuesta en la que necesitaban un fotógrafo submarino y alguien que maneje las redes sociales”.

En ese momento recordó cuando era chico, que disfrutaba de los documentales de Animal Planet, los cuales los sentía como muy lejanos a su realidad: “Mandé todas mis experiencias, que eran pocas porque tenía 19 años, pero sí todas mis ganas y mis intenciones con respecto al mundo submarino y a la conciencia también. Entre cientos quedé yo, en ese momento viajé a México y empecé mi carrera”.

En Cozumel, una isla de México cerca de Playa del Cármen, fue formado como buzo y sus primeros trabajos fueron en la restauración de corales, mostrándolas y haciendo reportes. Sus increíbles fotos junto a distintos animales submarinos, como los pulpos o los tiburones ballena, tuvieron una gran difusión y eso lo ayudó a que algunas marcas se interesen en apoyar su trabajo.

La sensación es inexplicable, nunca fui a Marte o la Luna, pero yo creo que es muy parecido a estar en un mundo nuevo, lleno de arte, colores y especies. Ya la sensación de estar respirando debajo del agua es otro mundo porque nosotros solos no podríamos. Es felicidad pura para mí, la sensación de estar al lado de un tiburón ballena de 14 metros es inexplicable, ya pasa la sensación del miedo. Desde mi lugar conecto demasiado con la naturaleza, por eso se logran esos resultados en las imágenes, hay mucho sentimiento, adrenalina, felicidad. Es parte de mi”, reveló Nicolás.

Sus experiencias son amplias, pero entre ellas destaca lo que es bucear de noche con linternas, donde ve pulpos o animales que salen a cazar: “Si se trata de buscar un tiburón ballena no hay que sumergirse mucho, desde la superficie se puede fotografiarlo, pero si necesito ver el comportamiento de los pulpos o los corales necesito bajar hasta 22 metros aproximadamente”.

En el mar las especies son infinitas, pero Nicolás registró muchas en su corta carrera y las que más lo sorprendieron fueron: el pulpo, porque “se mimetiza con el entorno, cambia de colores y de textura según donde esté, es un superpoder”; el segundo, fue el “pez trompeta”, porque “es muy vistoso, raro, como un escarba de diente”; y el tercero, fue el “pez globo”, porque “tenía la aproximación de lo que vi en Nemo cuando era chico y en persona nada que ver, es rectangular y cuando se infla es cuando se defiende”.

Todos sus trabajos hasta el momento fueron en el mar, pero está abierto a recibir propuestas para cualquier otro proyecto: “Todavía no me surgió ningún trabajo fuera del mar, pero estoy a la espera de cualquier tipo de expedición que sirva para hacer un avance en la ciencia o de conciencia”.

Además, Nicolás es activista y milita en contra de la contaminación ambiental:Antes era personal, todo por voluntad propia. Hoy lo hago de forma profesional, con un apoyo más académico y profesional. No solo son palabras, lo vivo en primera persona”.

Hoy el gran problema para la humanidad son los microplásticos en lo que a contaminación respecta: “No es porque sea más o menos importante porque también, también tenemos la sobrepesca, la contaminación de los residuos. El problema de los microplasticos es que en los próximos 10 años habrá más plástico que peces en el océano. Hoy los peces se comen los microplásticos y después nosotros consumimos eso. En un tiempo, lo que respiramos va a estar dañado porque el 80% del oxígeno es generado por océano”.

En los próximos 10 años habrá más plástico que peces en el océano

Sin dudas, el océano es uno de los ecosistemas más importantes para el bienestar del sur humano y especialmente para Nicolás, quien lo describe como un lugar que le da mucha felicidad: “Para mi una dosis de océano siempre es necesaria, para conectarme conmigo mismo y mis pensamientos. También desde allí puedo dar mi ayuda al mundo. Para mí lo es todo”.

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