El presidente Alberto Fernández ratificó su rechazo a la derogación de las PASO y a la posibilidad de otorgar una suma fija a los trabajadores registrados, dos medidas que impulsaban el kirchnerismo y sectores afines a la vicepresidenta, y el oficialismo ahora intenta reunir los votos para aprobar el proyecto para gravar la renta inesperada.

"No es prioridad", dijo la semana pasada la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, cuando se refirió a la posibilidad de que el Congreso tratara la suspensión de las primarias en sesiones extraordinarias. Esta semana, finalmente, el mandatario prorrogó las sesiones ordinarias y el proyecto podría ser tratado hasta el 30 de diciembre. Sin embargo, el oficialismo no llegaría a los 129 votos necesarios.

En el mismo sentido, Fernández también rechaza otorgar una suma fija. En sintonía con la CGT, considera que el ámbito para discutir incrementos salariales son las paritarias. No descarta, en cambio, un bono de fin de año.

El mandatario se encuentra en París, Francia, donde participa del Foro por la Paz, invitado por su par, Emmanuel Macron. Luego, el presidente irá a Bali, donde se desarrolla la cumbre de líderes del G20.

Lejos de la Argentina y de las tensiones internas que asedian al oficialismo, el jefe de Estado sigue de cerca la discusión por el proyecto para gravar la Renta Inesperada. Su aprobación fue un reclamo que planteó la semana pasada la vocera Cerruti.

Fernández regresará al país el viernes 18. Su arribo a Ezeiza estaba previsto para el jueves 17, pero un cambio de planes postergará su regreso para la mañana del día siguiente. Dato no menor: el jueves próximo la vicepresidenta brindará un discurso en el Estadio Único de La Plata, en el marco del Día de la Militancia.