Con el 87% del escrutinio realizado, el senador Bernie Sanders se anotó en New Hampshire la primera victoria de la interna presidencial demócrata, escenario que lo tuvo en sus homólogas de Iowa con un virtual empate frente a Pete Buttigieg quien quedó en primer lugar y obtuvo un delegado más en la carrera presidencial de cara al 3 de noviembre. 

Por lo cual, si bien Sanders vuelve a afirmarse en sus aspiraciones a la Casa Blanca, su victoria es parcial tomando en cuenta dos puntos: 

• Que el algo más del 25% de los votos obtenidos en New Hampshire, si bien le permiten ganar la elección, es significativamente menor al 60% obtenido hace cuatro años. 
• Que si bien ganó, la cantidad de delegados obtenidos (9) es la misma que la de Pete Buttigieg, quien de esta manera lo aventaja por 1 representante tras el llamado electoral en Iowa. 

Falta mucho y si bien los 1990 delegados requeridos para ganar la interna quedan en un horizonte por demás lejano, esta primera tendencia permite observar la distancia entre las encuestas y la figura del ex vicepresidente Joe Biden quien volvió a sufrir un duro revés. 

Ajeno a las críticas, Biden continuó viaje -o "escapó", como titularon muchos medios nacionales- hacia Carolina del Sur para reforzar su campaña en ese estado.

El resto de los precandidatos apenas consiguieron unos puntos porcentuales y se dieron las primeras dos bajas: el empresario de ascendencia asiática Andrew Yang y el senador Michael Bennet abandonaron la carrera por la Casa Blanca.

New Hampshire es un estado relativamente pequeño de 1,3 millones de habitantes, que aporta pocos delegados nacionales (24) a la convención que elegirá el candidato presidencial en julio. Además, como Iowa, su electorado no es representativo de la diversidad racial y religiosa del resto del país.

Sin embargo, al estar al inicio del cronograma electoral, sus primarias se han vuelto una prueba de fuego muchas veces clave.

El próximo destino será Carolina del Sur, el cual tiene una población más diversa en términos raciales y Biden, al menos hasta ahora, es el precandidato demócrata que más concentra el apoyo del voto de la comunidad negra. Por eso, el ex vicepresidente espera obtener allí su primera victoria a fin de mes.

En este llamado también votaron los Republicanos que, fiel a la tradición del apoyo al Presidente de turno, volvieron a confirmar que Donald Trump es el favorito indiscutido para quedarse con la candidatura en la convención nacional de agosto -ganó con más del 80% de los votos- y pelear su reelección en noviembre.