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Retroscifiart, el primer museo argentino de arte virtual de ciencia ficción

Hablamos con Mariano Arrigo, el administrador de una de las páginas de arte de ciencia ficción más importantes del país, que nos contó su historia y cómo consiguió más de medio millón de seguidores en cuestión de años.

Retroscifiart, el primer museo argentino de arte virtual de ciencia ficción

Los museos son lo más parecido a una cámara de tiempo que tenemos. Ahí confluyen imágenes, historias, experiencias, aciertos, arte... pasiones. De ahí que a todos nos gusten. Quizás en diferentes medidas, pero siempre va a haber un museo que se adapte a tus gustos.

También siempre va a haber gente que, al contrario de consumirlos, los funde. En épocas de tecnología, primero, y de aforos reducidos por la pandemia como segunda causa, las redes sociales se muestran como vitrinas de todo lo nombrado previamente. Incluso, algunos construyen su propio museo ahí.

Ese es el caso de Mariano Arrigo, un joven entusiasta del arte retro que lleva adelante y de manera autogestiva @retroscifiart, una galería virtual de misceláneos artísticos que cruzan todas sus pasiones: ciencia ficción, fantasía, horror y la curaduría de las piezas.

¿Cómo nace la idea de la cuenta?

Yo tenía una cuenta de Tumblr en 2015, más o menos, en la que seguía a un montón de artistas y lo único que hacía era ver las obras, disfrutarlas visualmente y me las guardaba en la compu. Así logré llenar carpetas con miles de imágenes del estilo retro, o sea, de los 2000 para atrás. Eso es todo pintado a mano, nada digital ni contemporáneo. Un día dije: "Bueno, voy a ver si va esto en Instagram", porque no había muchas cuentas de lo que respecta al arte de ciencia ficción... había unas, no sé, dos o tres cuentas, entonces aproveché y en 2017 decidí volcar todo ese contenido que tenía en esas carpetas. Yo siempre me limité al nombre "retroscifiart": postear arte de ciencia ficción, nada de fantasía u horror, y sí o sí retro. Empezó a crecer poco a poco. Empecé a tener 20 mil seguidores, 30 mil... después llegué a los 100 mil y, en este último tiempo -perdón la palabra- se fue todo al carajo. Además, me empezaron a seguir muchos perfiles que estaban verificados y, al repostearme, me daba un montón de visibilidad.

¿Qué es lo que te atrae de este tipo de arte?

No sé, es la sensación que me producen las imágenes. Me producen cosas y eso es algo con lo que mi comunidad coincide mucho. A veces les shockea ver esas imágenes porque hay muchas que son muy fuertes. En lo que respecta a la ciencia ficción, no todo es lindo, no todo es utopía; siempre publico más que nada cosas distópicas y eso le impacta a la gente, le shockea. Eso mismo me pasa a mí, por eso lo quise llevar a Instagram: para que la gente se replantee algunas cosas respecto a nuestra existencia y a nuestro futuro. Me parece copado eso: lo shockeante que pueden ser algunos trabajos, algunos artworks.

¿Y por qué decidiste ir más hacia lo contemporáneo?

Porque vi que a la gente le gustaba. Probé con hacer algunos posts y, nada, les resultó porque me parece que hay cosas para ofrecer también de la actualidad. Hay ideas de los artistas contemporáneos que están buenas y que es muy distinto a lo que se hacía antes. Antes había otra cabeza, otras mentes, ahora, lo que es el arte contemporáneo, tiene otra cosa para ofrecer y me parece copado que la gente lo vea. Además, yo sentí que le gustaba bastante al público. No me voy a limitar al nombre simplemente por eso, pero me he peleado con mucha gente, porque me dicen en los comentarios "Esto no es retro" o "Esto no es contemporáneo" y yo les digo: "Publico lo que quiero. Yo soy el que cura el arte. Si me gusta, lo publico".

¿Hay mucho hater en tu cuenta?

Sí, porque, además, de las cuentas que hay de ciencia ficción, soy la única que tiene un tinte político. Estoy casado con un chico y me gusta militar en mi red social. A veces, no sé, publico por el Pride Month, por ejemplo, y me tengo que bancar un montón de mensajes horribles y que me bajen los seguidores. Pero no me importa: lo considero como una limpieza. Si había alguien que me dejó de seguir porque publico contenido LGBT para apoyar a la comunidad, lo siento, prefiero no tener a esa gente. Me meto en el barro, pero no me importa: hago lo posible para que sea un ambiente seguro en el que todos se puedan sentir integrados.

¿Te va curar otros objetos culturales como videoclips musicales o cómics?

Sí, me gusta el techno de los 90. Yo colecciono vinilos de esa época, siempre que puedo compro alguno y me gusta publicar visuales que se muestra en la fiesta con música de fondo. Me re gusta el perfil sonoro, estoy viendo cómo meterlo, pero si tiene que ver con la electrónica más, porque tiene que ver con lo que se asemeja al género ficción. No leo cómics, si bien publico un montón de cosas como Watchmen y me encantan visualmente, nunca leí. Tampoco me dedico a leer libros literarios de ciencia ficción. Yo tengo una pequeña colección de libros de arte de ciencia ficción, pero son ilustrativos, nada más que eso, pero sí podría adentrarme en algo y hacer lo que pueda. Me re gustaría, creo que puedo aportar algo.

¿Qué objetivos tenés con la cuenta?

El 36% de mi público es estadounidense. Después es de todo el mundo: Brasil, Canadá, España... y, argentinos, de los más de 560 mil seguidores que tengo, son sólo 15 mil, más o menos. Mi idea es mostrarme un poco más. Todas las cuentas que hay que son de ciencia ficción son yanquis. Una vez salí en Últimos Cartuchos y me escribió un montón de gente diciéndome: "Wow, no puedo creer que sos argentino, pensé que eras yanqui". En ese sentido, creo que me gustaría expandirme en Argentina como, también, en algún futuro, llevarlo a lo físico, como por ejemplo una galería. El tema es que no soy curador, no tengo el título, aunque me gustaría empezar a estudiar. Me encantaría poder participar en proyectos. Es mi sueño. Además, a este tipo de arte de ciencia ficción no se le da mucha bola. Vas al Centro Cultural Kirchner o al Recoleta y nunca hay nada de ciencia ficción. Está perfecto, pero estaría bueno meterse en eso porque es interesante y porque es el futuro.

¿Cómo va a ser ese arte en el futuro?

Yo creo que va a ser muy visual y digital. También que uno mismo pueda estar en la obra; participar de la obra. Me parece que va a pasar por ese lado o, al menos, siento que cuando voy a una exposición en el Recoleta, por ejemplo, es mucho interactuar y sentirse en el ambiente, recrear escenarios... con la parte sonora también. Yo creo que es eso... me parece que eso es el futuro. Está bueno verlo desde el lado de la ciencia ficción o de las películas.

¿Te va la de mostrar tu cara o todavía no es el momento?

Es algo que estoy intentando aplicar. Creo que eso hace que le levante la página, pero me da un poco de vergüenza. Es como que no sé cómo llevarlo. Siempre que me gusta interactuar con el público pongo para que me hagan preguntas, pero hay otras cuentas que responden filmándose la cara y está re piola. Yo lo quiero hacer pero no me animo. Estoy en plan de mostrar la cara porque es otra cosa y la gente ve el contenido de otra forma.

¿Qué creés que hace falta para empujar la industria del arte de ciencia ficción?

No sé cómo se manejan los equipos de dirección o de curaduría, pero deberían tener otras perspectivas o buscar en Instagram, por ejemplo, artistas que hagan ciencia ficción. Nunca vi algo relacionado a la ciencia ficción y con mi esposo nos conocimos por conocer lo que es toda la Capital Federal y un montón de atractivos turísticos, museos y jamás vi eso. Busqué en Internet galerías que se hicieron en ciudades como Tokio o Berlín de artistas muy sarpados de ciencia ficción que acá no llegan. Me parece que habría que expandir un poco el tema para darle importancia a otros tópicos como lo es la ciencia ficción porque es súper importante para mí y para la sociedad, para el futuro que se viene.

¿Por qué sentís que hace falta para el futuro?

No sé, siento que hace falta. Uno no acostumbra a ver arte relacionado al futuro. No sé.

¿Y qué pasa con los artistas nacionales?

Conozco un montón de artistas argentinos de ciencia ficción que, lamentablemente, no tienen los medios. Me hice amigo de un montón de gente de Mar del Plata, de La Plata, que es impresionante el arte que hacen y tienen 600 seguidores. Me parece re triste. Es como que no se le está dando mucha bola a eso y yo, siempre que puedo, los ayudo. Yo estoy viviendo de la cuenta, no tengo los derechos de todo lo que publico, entonces busqué la forma de sacar plata y lo que hago es publicitar artistas de afuera tanto en el feed como en las historias. A los argentinos no les cobro. Si viene un argentino y me dice: "Che, quiero publicar tal cosa", le digo: "De una, preparamos los posts y no pasa nada". Yo en mi perfil tengo la bandera argentina y la LGBT como para que sepan que hay un argentino que hace esto y que cualquiera que se quiera acercar, puede hacerlo y yo voy a difundirlo sin problemas.

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