Taiwán se encuentra en el llamado anillo de fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica, y en 1999 registró un terremoto de magnitud 7,6 que causó 2415 muertos .

Antes y después del terremoto ocurrido este martes, se registraron cientos de temblores de diferentes magnitudes, algo que es inusual, según el director del Centro Sísmico de la isla, Chen Kuo-chang.

En las últimas horas los equipos taiwaneses, con el apoyo de expertos y militares, rescataron a 50 personas que se encontraban atrapadas en edificios parcialmente derrumbados o dañados.

"Las operaciones de rescate van muy bien y a un ritmo increíble", dijo de forma positiva el sismólogo coreano Sun Wen, de visita de observación.

Un miembro del equipo de salvamento, Wu Jia-chi, confesó que "en esta ocasión es más complicado el rescate, debido a las réplicas que siguieron y por la escasez de espacio en el rescate que obstaculiza el movimiento".

El terremoto dejó un saldo de nueve muertos y 270 heridos, hasta ahora. Ocho personas permanecen desaparecidas, según las últimas cifras divulgadas por las autoridades.

Según informaron desde el Centro de Operaciones de Emergencia de Hualien, se sospecha que los desaparecidos son una trabajadora doméstica de nacionalidad filipina que se encontraba en el séptimo piso del edificio residencial Yunmentsuiti, una pareja canadiense y un niño y cuatro adultos chinos en el Hotel Meilun.

Los turistas chinos fueron los más castigados por el sismo con cuatro muertos y cinco desaparecidos. Una turista china, que se encuentra hospitalizada en estado grave, perdió a su esposo en el sismo, mientras que su hijo se salvó y solo sufre heridas leves.

El rescate de las víctimas se ha realizado de manera diferente al del año pasado, cuando en la misma fecha ocurrió un terremoto de magnitud 6,6 en la ciudad taiwanesa de Tainan, donde el edificio Weiguan se derrumbó y murieron 115 personas.

En Taiwán, algunos creen que el 6 de febrero es una fecha de mala suerte en la isla. Ya que en dos años consecutivos han sido víctimas de terremotos con numerosas muertes.

Muchos de los desplazados pasarán ahora la principal festividad de la isla, Año Nuevo Lunar, en casas de familiares o amigos, o en los dos centros de acogida que albergan a 736 personas.