Lo que busca cualquier organismo de seguridad vial es que no haya muertes en accidentes de tránsito: cero es el máximo objetivo. En Oslo, la capital de Noruega, se acercaron a esa cifra con solo una víctima fatal durante 2019.

No se registró ni un solo accidente mortal de peatones o ciclistas, y solo hubo que lamentar la pérdida de un conductor cuyo vehículo chocó con un muro. En 2018 habían sido cinco las víctimas fatales.

En las últimas décadas la tasa de mortalidad fue disminuyendo constantemente. En 1975 fueron 41 las victimas fatales en Oslo, hasta llegar a la cifra de 1 en 2019. Mientras que en la totalidad de Noruega fueron 110 personas fallecidas (llegaron a 560 en 1970).

Para lograr estas cifras aplicaron la filosofía Vision Zero, que promueve una actuación holística y no solamente centrándose en el factor humano. Se considera que la responsabilidad principal de los accidentes se debe al diseño general del sistema.

Algunas de las medidas tomadas para llegar al objetivo de cero muertes son las que utilizan en otras ciudades como eliminar el tráfico en algunas zonas del centro de la ciudad y bajar el límite de velocidad en algunas calles.

También potenciaron el uso de la bicicleta, pero haciendo hincapié en separar cada medio de transporte. Los autos y micros por un lado, mientras que los peatones y ciclistas por otro. Los carriles no solo están separados por pinturas, si es necesario se hace una separación física.

 “Cuanto más se separen los diferentes grupos que conviven en las carreteras, menor será el riesgo de accidentes de tránsito graves”, explica Christoffer Solstad Steen, asesor de comunicaciones del Consejo Noruego para la Seguridad Vial.

Las autoridades también prohibieron el tráfico cerca de las escuelas con lo que llaman “zonas de corazón”. En esa zona no se pueden dejar y recoger los niños en auto. Hay zonas definidas expresamente para eso.