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Ciencia

Fran Bubani, la primera investigadora trans del CONICET

¿Cómo es romper con la cisnormatividad en el ámbito científico? ¿Por qué es tan importante la diversidad en la investigación? ¿Cuál es el impacto de la Ley de Identidad de Género en todo esto? Lo cuenta la primera investigadora trans del CONICET.

Fran Bubani, la primera investigadora trans del CONICET

En ciencia, cuando se trata de investigación, la diversidad de género puede tener grandes ventajas: por un lado, equipos diversos tienen más probabilidades de presentar nuevas ideas y perspectivas; por otro, los propósitos y las preguntas que se deciden hacer no serán las mismas.

Sumar diversidad a la inteligencia colectiva de un grupo de investigación no solo favorece la creatividad sino que también proporciona nuevos contextos para comprender los aspectos sociales de la misma.

Pero la realidad todavía está bastante lejos de esta pluralidad ideal y es entonces cuando nos encontramos con poca o nula información sobre identidades disidentes en las publicaciones académicas, con personas trans y no binarias excluidas de la construcción del conocimiento y con una enorme falta de visibilidad dentro de la comunidad científica.

Pero esta falta está comenzando a llenarse de a poquito y un ejemplo de ello es Fran Bubani, la primera mujer trans en la Carrera del Investigador del CONICET que vino desde Brasil hasta Bariloche para dedicarse a la ingeniería de materiales y que en diálogo con Filo.News contó tanto de su recorrido como de su experiencia como persona trans visible en el ámbito de las ciencias.

Fran Bubani empezó sus estudios de grado en Ingeniería Mecánica en la Universidade Federal de Minas Gerais, en Belo Horizonte, y continuó con una maestría en el área de materiales en la Universidade Estadual de Campinas, cuando todavía no sabía que su deseo sería realizar una transición de género.

Después vino a Bariloche e hizo un doctorado en Ciencias de la Ingeniería en el Instituto Balseiro, una institución pública y gratuita creada en 1955 e inmersa en la espectacular belleza del bosque andino patagónico que tiene como objetivo la formación de científicos y tecnólogos tanto en el área nuclear con fines pacíficos como en la no-nuclear.

Finalmente, y sin parar nunca con la formación académica, le salió una beca en Brasil para hacer un postdoctorado en el departamento de Ingeniería Metalúrgica y Materiales —lo que la llevó de nuevo a la Universidade Federal de Minas Gerais—, hasta que regresó a nuestro país con cargo del CONICET.

"Acá trabajo con ingeniería de materiales, específicamente con aleaciones metálicas, que en pocas palabras son mezclas de distintos metales con la capacidad o la característica de recordar una forma que tenía originalmente [lo que se conoce como 'efecto memoria']. A estas aleaciones las podemos deformar y con un pequeño cambio de temperatura vuelven a la forma original", explica Bubani. 

Y agrega, respecto a su cargo en la prestigiosa entidad académica (acá hacemos un paréntesis para aclarar que es la primera mujer trans con un cargo en la carrera de investigador, pero que ya hay becarixs abiertamente trans), que jamás se hubiera imaginado ser la primera persona

La importancia de un marco legal

Ahora, para entender la sorpresa de la ingeniera ante esta noticia, es necesario recordar que la Ley de Identidad de Género, que le otorgó a toda persona el derecho a adecuar toda su documentación al sexo, imagen y nombre de pila que desee, sin necesidad de recurrir a la Justicia, celebró el pasado mayo ocho años desde su sanción.

Este avance posicionó a la Argentina en la categoría de vanguardia por los Derechos Humanos dentro de todo el continente y el mundo entero y da el reconocimiento de su identidad de género a todas las personas de nuestro país, asegurando el libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género percibida. 

"Cuando hice pública mi transición de género la ley ya tenía siete años, me hizo mucho ruido y fue para mí una gran sorpresa. Yo estaba convencida de que sería una persona más, quizá alguna de las primeras o quizá la primera en el área de materiales, pero no la primera en el universo de once mil personas que estamos en la carrera de investigador en todo el país y todas las áreas".

"Y también me pareció irónico que la primera persona que se anima a hacer el proceso sea, justamente, en ingeniería, que es un área que por lo general muy complicada". 

En este sentido, Bubani destaca que el CONICET en términos de burocracia estaba bien preparado: "Antes de cambiar de DNI, mi primer contacto en cuánto a transición de género fue para pedir la licencia médica para la cirugía de reasignación de sexo. No tuve ningún problema con el trámite ni me cuestionaron nada, como corresponde; y después, cuando hice el cambio de DNI, que lo hice al final de todo como último paso, tampoco. Lo presenté en el CONICET y al día siguiente ya estaba todo actualizado en el sistema".

"Me sorprendió positivamente: desde el punto de vista administrativo me quedé con la impresión de que está realmente preparado para manejar las transiciones de género y cumplir con lo que establece el marco legal".

Pero distinto es cuando hablamos de los círculos sociales: "Una transición de género es absolutamente radical, te cambia todas las relaciones que tenés en tu vida sin excepción. Mucha gente se acercó —eso fue una excelente sorpresa—, principalmente mujeres, no todas pero muchísimas. Algunos varones también tuvieron reacciones super positivas". 

"Y bueno, también hay gente que se aleja, hay gente que ya no me habla, gente que me evita... Pero no hay una sola relación que haya quedado igual en mi vida en general, más allá del trabajo". 

Sobre todo este largo proceso, Bubani también destaca la importancia de la asesoría y la contención: "Yo particularmente tenía mucho miedo del punto de vista legal, porque soy de las personas que creen que más allá de todos los riesgos médicos que vienen asociados a una transición de género el principal riesgo sigue siendo social".

"Para mí fue muy importante tener asesoría legal para ver si yo estaba interpretando bien la Ley de Identidad de Género, si realmente yo tenía ese derecho o si me podían echar por alguna razón... Me preocupaba mucho la posibilidad de quedar sin trabajo, que me puedan de alguna forma patologizar y terminar perdiendo toda mi formación académica. Entonces, por ese lado fue super importante el área de Género y Diversidad de la Municipalidad de Bariloche".

"Estamos en un mundo muy heteronormativo, lamentablemente, y eso se nota en un montón de situaciones. Cuando aparece una transición de género visible, mucha gente se confunde", sostiene Bubani y ejemplifica con frases que resuenan comúnmente en estos casos: "Se hizo una transición de género, de varón a mujer porque en realidad le gustan los varones... O al revés, hizo una transición de género de mujer a varón porque en realidad le gustan las mujeres".

"Hay personas, no todas pero si muchas, que tratan de interpretar las transiciones de género bajo una mirada heteronormativa, en la cuál el género y la orientación sexual están relacionados".

El área de Género y Diversidad de Bariloche se fundó en septiembre de 2018 para promover una cultura de la igualdad y garantía de los derechos así como para generar e implementar políticas públicas con perspectiva de género.

¿Qué pasa en la ciencia?

"La diversidad está en todos lados, siempre estuvo y va a seguir estando, lo que pasa es que en algunos lugares la diversidad está más visible y en otros está más en el clóset", sostiene Bubani.

Y esto trae problemas, por un lado, relacionados con las estadísticas presentadas en las investigaciones: "Depende mucho de cómo se hacen las preguntas. La diversidad, más allá de que no es un delito está muy estigmatizada, entonces la gran mayoría de la gente te va a decir que es heterosexual y vas a tener un número que no es representativo de la realidad, generando un sesgo muy grande para abajo". 

Y por otro, relacionados con la construcción del conocimiento científico, que termina reflejando los sesgos de las personas que lo generan: "Para esto es muy importante tener cierta diversidad de personas que sea representativa de nuestra sociedad y por ende más útil para nuestra sociedad".

"Y acá no hablo solamente de diversidad sexual sino también diversidad de territorio, de creencias, de orígenes, de idiomas... Más representativo de lo que es nuestro país. Así tendremos un sistema científico con mejor capacidad de interpretar las demandas y de proveer soluciones. De la sociedad, para la sociedad".

Con este objetivo en mente, Bubani, que sabe que una gran forma de empezar a cambiar el sistema científico es desde adentro, finaliza: "Mis planes son seguir en investigación, estoy trabajando bastante con temas relacionados a género y diversidad, ahora tenemos un grupo de diversidad en el Centro Atómico de Bariloche y en el Instituto Balseiro porque justamente estamos también esa movida de ir visibilizando que existimos y estamos".

"Y también muchas veces tenemos que educar, decir, por ejemplo, que la identidad de género es una cosa y que la orientación sexual es otra. La gente hace una inferencia de que las personas son heterosexuales, y ese es uno de los temas que trabajamos para tratar de avanzar como sociedad, salir de esos modelos que son tan chiquitos, tan simplificados que no representan toda la diversidad que hay en la especie humana".

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