Ir al contenido
Logo
Ciencia #50 años del hombre en la luna

La tecnología espacial en tu vida cotidiana

Purificación de agua, lentes de sol que no se rayan y corazones artificiales: muchos adelantos que se produjeron con el objetivo de alcanzar nuestro satélite natural hoy forman parte de nuestras vidas. 

La tecnología espacial en tu vida cotidiana
Joven usando lentes de sol que no se rayan | Foto: Twitter (Joven usando lentes de sol que no se rayan | Foto: Twitter)

Los cuestionamientos sobre la importancia de los vuelos espaciales se originaron apenas el primer hombre llegó al espacio. ¿Por qué cada vez más naciones invierten sus recursos en enviar personas al espacio y a la Luna cuando en la Tierra hay tantos problemas de hambre, pobreza, guerras y enfermedades sin resolver?

Si bien es cierto que la llegada del hombre a la Luna se originó por razones exclusivamente políticas, obedeciendo a estrategias de una nación, es imposible ignorar la súbita evolución tecnológica que debió realizar para alcanzar ese objetivo. Esa evolución tecnológica se implementaría gradualmente en la vida cotidiana de todo habitante de la Tierra. 

Aunque no nos demos cuenta, usamos la tecnología espacial diariamente,  y eso es producto de la inversión que ha vuelto a la Tierra luego de haber alcanzado la meta del espacio y la Luna. Se presume que por cada dólar invertido, ocho han vuelto en forma de mejoras y adelantos para la humanidad.

Algunos ejemplos

Algunos de ellos atienden necesidades muy básicas, como la purificación del agua. Los filtros de carbón activado, instalados en el módulo de mando para filtrar el agua, hacían prescindir del agregado de aditivos clorados en un circuito tan limitado. Los mismos filtros de carbón comenzaron a aplicarse a gran escala para potabilizar el agua de grandes poblaciones a la cuales no llegaba el tan preciado elemento.

Estos filtros también pueden absorber y filtrar gases para evitar la contaminación atmosférica: son los mismos que hoy se utilizan en casi todos los purificadores de aire en edificios y hogares.

Los sistemas de bombeo de fluidos y combustible en naves espaciales, ideados para que los mismos puedan circular en un medio con poca o ninguna gravedad, han dado origen al corazón artificial, con un sistema de bombeo similar, que puede suplantar al órgano dañado, temporalmente, hasta que llegue el reemplazo definitivo, salvando muchas vidas.

Las herramientas inalámbricas, desarrolladas por Black y Decker para la NASA, han dado origen a pequeños taladros y aspiradoras de mano que se pueden utilizar en los lugares más pequeños y recónditos.

Las prendas ignífugas que actualmente utilizan los bomberos, investigadores de magmas volcánicos y corredores de autos, soportando más de 1.300 ºC son descendientes directos de las distintas capas de telas, ideadas por Dupont para la empresa ILS, la misma que desarrolló el traje de los astronautas de Apolo. Dicho material también permitió aligerar el peso de vehículos y transportes.

Los lentes de sol que no se rayan, basados en los visores de los cascos de los astronautas;  los termómetros sin mercurio que miden la temperatura corporal en segundos por detección infrarroja; las zapatillas deportivas con amortiguación en sus plantas, basadas en los calzados lunares;  las almohadas de espuma con memoria que vuelven a su posición original; los cascos de plástico y espuma de ciclistas que absorben golpes, son otros de los tantos adelantos que fueron exclusivos de la actividad espacial en un principio y hoy se utilizan diariamente.

La tecnología en la alimentación

La deshidratación de los alimentos y la liofilización, que permitieron llevar variedad alimentaria en el reducido espacio de una nave Apolo, permitieron después en la Tierra aplicarlos a la industria alimentaria, para una mejor conservación, y con ello facilitar la distribución en zonas pobladas alejadas, a las cuales antes no era posible hacerlos llegar.

Los actuales brackets de cerámica invisibles son otra de las aplicaciones actuales de la tecnología espacial como así también la mayoría de los dentífricos que dejaron ser tóxicos y pueden ser digeridos, sin problemas, desarrollados a partir de la escasez de agua y la dificultad de usarla en un medio sin gravedad que padecían los astronautas en los viajes a la Luna.

La comida para bebés tuvo una gran variedad de sabores y texturas, a partir de la desarrollada para los astronautas lunares, la cual debía ser fácilmente digerible para producir la menor cantidad de desechos posibles. Y en este mismo rubro, los pañales con gel con capacidad de absorción de orina, fueron en principio patrimonio de los trajes espaciales, pero hoy son de uso masivo y común en el planeta.

Existen muchos más elementos tecnológicos como los GPS, teléfonos celulares y cualquier dispositivo informático y de juegos, surgidos de la constante miniaturización de sus componentes, desarrollados por necesidad, en las naves espaciales.

*Licenciado en Periodismo y Comunicación Social. Especialista en historia de vuelos espaciales tripulados, sondas interplanetarias y tecnología espacial.

  • 50 años del hombre en la luna

Ultimas Noticias