Ir al contenido
Logo
Cine y series #Brigitte bardot

De Sex Symbol a Activista: Brigitte Bardot cumple 85 años

La actriz devenida en activista por los derechos de los animales celebra su cumpleaños y casi medio siglo dedicada a su lucha y alejada del cine.

De Sex Symbol a Activista: Brigitte Bardot cumple 85 años

Briggite Bardot, la parisina nacida en 1934 años cumple hoy 85 años, y durante este 2019 celebrará 46 alejada de del vertiginoso mundo del espectáculo. “Le di mi juventud y mi belleza a la gente,” dijo cuando tomó la decisión de dedicarle su vida a la concientización del cuidado animal. “Ahora le daré mi sabiduría y experiencia —de la mejor forma posible- a los animales.”

Criada en una familia católica de clase media en París, su infancia estuvo definida por el ballet, que le dio esa figura lánguida, alejada de las curvas de su contemporánea Marilyn Monroe. Fue descubierta a los quince años por el director Roger Vadim cuando apareció en la tapa de la revista Elle, y fue él quien le recomendó que tomara clases de actuación. 

Bardot y Vadim estuvieron casados durante cinco años, entre 1952 y 1957, pero su debut en pantalla grande llegó de la mano de Jean Boyer con Le trou normand en 1952, con un papel menor. Fue su protagónico en Y Dios creó a la mujer (“Et Dieu--- créa la femme) de 1956, una película recibida tibiamente en su Francia natal pero un éxito absoluto en los Estados Unidos, lo que la lanzaría al estrellato y la establecería como la sexsymbol por excelencia de la próxima década.

Su ascenso fue meteórico: durante los siguientes quince años filmó más de veinte películas, incluyendo clásicos como ¡Viva Maria! (Louis Malle, 1965) y El desprecio ("Le mépris", 1963) con el director Jean-Luc Godard, y grabó varios discos. Pero Bardot nunca se sintió a gusto con la fama y decidió retirarse en 1973. En una entrevista en 2014 dijo que fue una “víctima de su imagen” y en su autobiografía (“Iniciales B.B”, publicada en 1995) explica que la locura que la rodeaba se sentía “irreal”:

Nunca estuve preparada para la vida de una estrella. Estoy mucho más feliz con mi rutina hoy que cuando era perseguida por cien fotógrafos.”

Esa rutina incluye, desde el establecimiento de la Fundación Brigitte Bardot para el Cuidado y la Protección de los Animales, un activismo furioso por los derechos animales desde la reclusión en su casa de Saint Tropez, la localidad francesa que se ha vuelto un santuario de Bardot, y que ama tanto como odia por la invasión de “turistas y eventos sociales”, los que evita y la aterrorizan. 

Para hacer su fundación una realidad Bardot no solo renunció a su carrera a los 39 años sino también vendió todas sus posesiones excepto dos casas: La Madrague y La Garrigue, donde convive con decenas de caballos, burros, cabras, ovejas, cerdos, y más animales rescatados de mataderos, y gallinas, gatos, perros, gansos y un largo etcétera. Su militancia y activismo la llevaron a enfrentarse no solo contra corporaciones y gobiernos (con las consiguientes amenazas de muerte), sino también con colegas del mundo del espectáculo. 

En 2006 Bardot celebró su cumpleaños con una carta abierta dirigida a SophiaLoren en la que le pedía como regalo que dejara de usar pieles. No era la primera vez en la que Bardot atacaba a Loren por su estilo: a mediados de los noventa la acusó de “usar un cementerio en la espalda,” a lo que Loren nunca respondió.

Pero Brigitte también tiene su lado oscuro. Desde 1992 está casada con Bernard d’Ormale, empresario y ex asesor de Jean-Marie Le Pen, el ex líder del Frente Nacional, el partido de extrema derecha del país. Parece que aunque la activista tiene amor infinito por todos los animales, con los humanos no es el mismo caso. Según Bardot, aunque la humanidad piensa que ha evolucionado continúa siendo básica, cruel y barbárica, y todo aquel que no sea vegano es una forma de caníbal.

Su particular visión del mundo no se limita a la alimentación. Varios de sus libros han generado controversia y repudio por sus expresiones ultra conservadoras. En “El cuadrado de Plutón” (“Le Carré de Plutón”), sus memorias de 1999, criticó un festival musulmán (en el que se realizaba un ritual con matanza de ovejas) diciendo que Francia estaba nuevamente “invadida por una sobrepoblación de extranjeros, especialmente musulmanes.”

Por sus dichos fue condenada a pagar una multa de treinta mil francos por incitar el odio de raza, la tercera del estilo para ella (las anteriores fueron en 1997 y 1998).

En su libro “Un grito en el silencio” (“Un cri dans le silence”) publicado en 2003 define a los integrantes del colectivo LGBTQ como “putos baratos y fenómenos de circo” y a los desempleados como personas que “sólo aceptan trabajos en el mercado negro y viven de la plata de los impuestos”. Ni las escuelas se salvaron: para Bardot son “guaridas llenas de traficantes de drogas, clubs de jóvenes terroristas y usadores de condones”.

Pero no hay condena judicial o social que detenga a Brigitte. Este año fue denunciada por incitar al odio de raza por escribir una carta abierta a las autoridades de la isla francesa de Réunion (en el océano índico), en la que llamó a sus habitantes “salvajes degenerados” por la forma en la que tratan a los animales.

“Los nativos han conservado sus genes salvajes. Son unos degenerados todavía involucrados con tradiciones ancestrales barbáricas.”

“La vida está hecha sólo de lo mejor y lo peor, de amor y odio,” dijo alguna vez, razón por la cual parece no tener resentimientos o remordimientos. Su vida no se basa en lo que fue sino en su eterna pelea por un futuro mejor para los animales que, sabe, probablemente nunca llegue. 

  • Brigitte bardot

Ultimas Noticias