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Cine y series #el marginal

El Marginal 3: 8 observaciones sobre el capítulo 4

Se plantearon las alianzas y se viene una nueva guerra en el penal de San Onofre.

El Marginal 3: 8 observaciones sobre el capítulo 4
Cristian ya es uno más de la banda (TV Pública)

La primera mitad de la nueva temporada de El Marginal se completó con un episodio tan intrascendente como predecible en el que las fichas se acomodaron exactamente como lo imaginábamos, sin sorpresas ni demasiados sobresaltos. El penal de San Onofre comienza a prepararse para una nueva guerra cuyo resultado directo podemos anticipar porque lo hemos visto en años pasados.

Ante la necesidad de continuar explotando a los Borges, sus personajes más populares, los guionistas caen en el vicio de contar historias del pasado que no resultan interesantes porque el foco continúa puesto en ellos, mientras el arco narrativo del resto de los habitantes del penal no se desarrolla de manera apropiada —o en lo absoluto-. El Marginal es la historia de los Borges y su lucha por obtener y perpetuarse en el poder. Todo lo demás, a esta altura, es ruido.

Las cartas están echadas y las alianzas definidas. Se vienen episodios cargados de acción y muertes anunciadas. Los dejamos con algunas observaciones del episodio que pasó.

MOCOSO INSOLENTE

El raquetazo de Cristian | Imagen: TV Pública

El final del tercer episodio no dejó con la desgarradora imagen de Diosito pidiendo por un enfermero para Cristian, el joven que se comprometió a cuidar y acababa de recibir un puntazo en el comedor. Por fortuna para ambos la herida no fue grave y afectó al niño bien más en la psiquis que en el físico, convirtiéndolo de inmediato en un Borges más, fiel a la causa del pabellón y de inmediato adaptado a las costumbres propias del penal. En solo tres episodios vimos a Moco pasar de la algarabía a la depresión y de ahí directo a la mimetización casi absoluta.


LOCO UN POCO NADA MÁS

El Loco Ortiz se suma al patio | Imagen: TV Pública

Marcelo Mazzarello se suma al elenco de la serie como Daniel “El Loco” Ortiz, un ex futbolista recuperándose de las adicciones que parece tomarse su situación con una mezcla de humor y resignación. Ortiz es una versión bastante más oscura de El Cuis, el cantante tropical interpretado por Diego Cremonesi en la segunda temporada (que tuvo una corta aparición en este episodio), que llega al patio por decisión propia y probablemente veamos sucumbir a la tentación del producto que están distribuyendo los Borges: una sobredosis dentro del penal podría ser un buen disparador de conflicto para terminar con el negocio que les está generando millones a Mario y Antín.


INSIDE MAN

Ramos entre la espada y la pared | Imagen: TV Pública

Estela Morales, la directora general del servicio penitenciario, continúa buscando informantes dentro del penal para bajar a Antín del poder de una buena vez. En el episodio anterior la vimos aproximarse a Emma para convencerla de ser su aliada sin suerte, pero parece haber encontrado la forma de extorsionar a Ramos (Osqui Guzmán), el guardia más afín a La Sub21 que desde el comienzo de la temporada está actuando contra los intereses de Antín. Probablemente la historia no termine bien para Ramos cuando se enteren en el penal que es el buchón de la directora.


MARCOS (EN) PAZ

La sangre, artista exclusiva de El Marginal | Imagen: TV Pública

Como hemos dicho en otras oportunidades no puede haber un episodio de El Marginal sin un poco de violencia gratuita. Esta vez, como imaginábamos, llegó a costa de Marcos, el sobrino de Bruni, que cometió el error de darle el puntazo a Cristian en el comedor. César y el resto de La Sub21 se desligaron de la responsabilidad y eso dejó al pibe peleando mano a mano con Pantera, situación terminó con un cráneo destrozado contra el piso del patio. Marcos, según le contó su tío a Emma la otro día, no murió, pero si alguna vez despierta quedará en estado vegetativo. Una buena razón para que el tío que prometió protegerlo busque venganza.


EL ABISMO DE EMMA

Emma no puede salir de la oscuridad | Imagen: TV Pública

El personaje de Martina Gusmán ha tenido muy poca incidencia en esta temporada, demasiado enfocada en los conflictos más globales para dar una sensación de escala. Pero cada intervención suya deja ver la dualidad de su propio presente: la adicta que no parece interesada en buscar ayuda por un lado, y la sensible y empática trabajadora social con la que todos los internos parecen abrirse por el otro. La historia de Ortiz —y su probable desenlace— podrían ser lo que la haga abrir los ojos y la obligue a buscar un tratamiento.


GATOPARDISMO

Gustavo Garzón no se guarda nada | Imagen: TV Pública

Eduardo Pardo, el poderoso empresario padre de Cristian, tuvo su segunda aparición en la serie en una escena en la que sin demasiada sutileza dejó en claro el desprecio que siente por todos los involucrados en la protección de su hijo. Es la primera muestra de la alianza definitiva entre el joven y los Borges y el momento que establece que el destino de Mario y Diosito depende de la seguridad de Cristian. Y si los hermanos siguen presos un año después significa que el paso de Moco por el penal no tuvo un final feliz, en particular cuando Mario se ablanda y lo deja aspirar cocaína por primera vez.


PANTERA LIBRE

Bruni y Pantera unen fuerzas contra el enemigo en común | Imagen: TV Pública

La sed de venganza de Bruni no lo deja ver que Pantera no es el verdadero responsable de lo sucedido. Como César deja bien claro, “Pantera es un títere”, por lo que el ex boxeador decide sumarlo a la rebelión contra los Borges. La última escena del episodio nos muestra a Pantera libre de sus grilletes y listo para cobrarse los años de tortura física y psicológica que sufrió.

MECHA CORTA

Diosito esta vez va en serio | Imagen: TV Pública

Como anticipamos la semana pasada, Kari, el viejo amor de Diosito que volvió a su vida para ayudarlo a olvidar a Mecha, sólo tenía una función en el contexto de la serie: decir (o darle a entender) que su ex estaba muerta. Cuando Diosito se entera de la verdad encara a Mario, que se mantiene firme en la mentira. Pero Gladys no es tan fuerte y le confiesa que Mecha está muerta (aunque no admite que ellos la asesinaron) y esa es la gota que rebalsa el vaso para Diosito. La relación entre los hermanos Borges siempre fue tensa pero esta vez el quiebre parece definitivo — aunque en realidad no, porque sabemos que seguirán conviviendo en el pabellón.
 

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