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The Wall: se cumplen 37 años del estreno del clásico de Pink Floyd

La historia de uno de los últimos trabajos de Roger Waters como parte de Pink Floyd es tan caótica como la obra misma.

The Wall: se cumplen 37 años del estreno del clásico de Pink Floyd
"Pink Floyd - The Wall" cumple 37 años

Un día como hoy hace 37 años se estrenaba en el Festival de Cannes “Pink Floyd - The Wall”, la película de Alan Parker con guión de Roger Waters y animación de Gerald Scarfe que se convirtió de inmediato en un clásico de culto y un objeto de estudio para cineastas y fanáticos de la banda por igual. 

La historia detrás de “Pink Floyd - The Wall” es casi tan fascinante y caótica como la película misma. Basada en un borrador inicial de apenas 39 páginas, The Wall iba a estar protagonizada por el propio Waters y a contar con la presencia del resto de la banda con metraje de presentaciones en vivo, pero las dotes como músico del guionista no se trasladaban a la pantalla, por lo que fue reemplazado por BobGeldof en la piel de Pink, un músico de rock al borde de la locura.

Tras la partida horrorizado por el caos del director original Michael Seresin, Alan Parker fue reclutado para ponerse detrás de cámara en lo que ha definido en varias oportunidades como “una de las experiencias más miserables que he tenido trabajando en una película.” Parker, acostumbrado a mantener absoluto control sobre sus proyectos se encontró con la figura de Waters, otro obsesivo del control. A esa lucha de egos se le sumaba el del animador Gerald Scarfe, quien admitió que el elemento fundamental durante todo el proceso de realización fue la botella de whisky que tenía en el auto.

“Tenía que tomar algo antes de entrar cada mañana porque sabía lo que me esperaba y sabía que tenía que protegerme de alguna manera,” dijo en una entrevista hace algunos años.

Una producción infernal de 61 días con 977 escenas y 4885 tomas (además de quince minutos de animación), y una historia lúgubre, deprimente y crítica del sistema que reproduce las consecuencias de la guerra y el abandono infantil y retrata la vida de las estrellas de rock en el fin de su carrera así como la obsesión del público por las celebridades resultaron en un absoluto descontrol que RogerEbert definió alguna vez como “un video musical de 95 minutos” que tomó ocho meses de edición. 

La historia no se desarrolla en orden cronológico ni respeta las convenciones narrativas, sino que alterna pasado, presente, sueños y escenas de alto poder simbólico y metafórico que la convierten en una experiencia desgastante y por momentos incomprensible. La música es una representación del caos en un sistema que busca el control absoluto a través de la creación falsos líderes escondidos detrás de la figura de tiranos y la destrucción del individualismo. Sin embargo dentro de la rebelión los sujetos también parecen perder su humanidad siguiendo a un nuevo líder y una nueva ideología sin una comprensión real de su propio lugar o rol — un paralelismo que replicaría Chuck Palahniuk años después en “El Club de la Pelea”.

“Es una amalgama de las ideas lunáticas de Roger Waters,” reconoció el director Alan Parker en 2003. “Creo que es la única persona en el mundo que realmente sabe de qué trata. Estoy seguro que la mayoría de nosotros no lo sabe. Creo que es una película interesante, pero me parece que sería pretencioso pretender que alguien sabía qué estábamos haciendo en lo intelectual. Quizá Roger lo sabía. El resto lo hicimos sobre la marcha.”

Para el estreno en Cannes el equipo de producción llevó consigo parte del sistema de sonido de la banda para aumentar exponencialmente el volumen de la sala y convertir la experiencia en algo único. Recuerda Parker que cuando finalizó la proyección Steven Spielberg (que ese mismo año estrenaría “E.T.: El extraterrestre”) se levantó, le hizo una reverencia y luego le dijo Terry Semel, el por entonces jefe de Warner Brothers: “¿Qué mierda fue eso?”

El poster original de la película

“Pink Floyd - The Wall” originalmente iba a contar con una banda de sonido creada especialmente para la película, compuesta por algunos temas que habían quedado afuera del disco “The Wall” y nuevas composiciones. Pero cuando Inglaterra le declaró la guerra a la Argentina, Watersreformuló el álbum (titulado originalmente SpareBricks) y escribió nueva música y letras para protestar contra lo que creía una innecesaria respuesta por parte de la Primer Ministro MargaretThatcher

Ese trabajo se convirtió en el disco “The Final Cut” lanzado en 1983 que el músico le dedicó a su padre, un veterano de la Segunda Guerra Mundial quién, como el padre del protagonista de The Wall, murió en combate. “The Final Cut” fue la última participación en Pink Floyd de un Roger Waters distanciado ideológicamente del resto de los integrantes y que se volvió durante los últimos años uno de los más importantes voceros y defensores de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.

“Pink Floyd - The Wall” puede encontrarse dividida en fragmentos en YouTube, pero por desgracia no forma parte del catálogo de ningún servicio de streaming disponible en el país.

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