Roger Federer sigue vigente. Con 35 años, luego de seis de inactividad debido a una lesión en su rodilla izquierda y contra los pronósticos que hablaban sobre un posible retiro, el suizo encontró la manera de reinventarse y levantó su 18° trofeo de Grand Slam. Ni más ni menos.

En una histórica final que volvió a tener como protagonistas a dos de los mejores jugadores de tenis de todos los tiempos, Federer logró imponerse ante el mismísimo Rafael Nadal por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3.

Le vino bien el parate al hombre que volvió a ubicarse entre los 10 mejores del mundo, que tuvo que superar varios obstáculos complejos para poder festejar a principios de 2017. El suizo le ganó a tres top ten: Tomas Berdych (12°), Kei Nishikori (5°) y Stanislas Wawrinka (3°). Y claro, en la final más esperada, también pudo con Nadal, quien varias veces había sido su verdugo.

Si de números se tratan, las estadísticas de Federer impactan por todos lados. Conquistar el primer Abierto de la temporada a los 35 años, lo convirtió en el segundo más veterano en consagrarse en un Grand Slam. El primer lugar sigue siendo de Ken Rosewall, campeón en Melbourne en 1972 cuando tenía 37 años.

Además, es el quinto título que consigue en Australia. Esto le permitió ser el único tenista de la historia en consagrarse al menos cinco veces campeón en tres Grand Slams: siete en Wimbledon (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009 y 2012), cinco US Open (2004, 2005, 2006, 2007 y 2008) y los cinco en Melbourne (2004, 2006, 2007, 2010 y 2017).

¿Quién podrá decir ahora que se aproxima el final de la carrera del suizo? Habrá que esperar que deparará el tiempo. Lo único cierto, es que Roger Federer, tiene mucho tenis en su raqueta para seguir regalando.