Rebecca "Becky" Hammon escribió su nombre en la historia de la NBA al convertirse en la primera mujer en dirigir un equipo de la mejor liga de básquetbol del mundo. La asistente técnica de San Antonio Spurs se hizo cargo del equipo luego de la expulsión de Gregg Popovich, en la derrota del conjunto texano ante Los Ángeles Lakers por 121-107.

Desde el segundo cuarto, la ex jugadora de la WNBA, que forma parte del cuerpo técnico de los Spurs desde el 2014, debió conducir a la franquicia tras la expulsión de Popovich por discutir con el árbitro Tony Brown.

"Lógicamente que es algo importante y sustancial para el deporte. Trato de no pensar en la dimensión de este asunto porque puede resultar algo abrumador y realmente no tuve tiempo para reflexionar ni para mirar mi teléfono", manifestó Hammon, de 43 años, tras el partido.

Y añadió: "Llevo muchos años en San Antonio. Popovich me señaló a mí y eso fue todo. Traté de poner a los jugadores en los lugares indicados y de motivarlos. Obviamente se trata de una situación de aprendizaje para todos nosotros".

Becky nació en Colorado y jugó como base en  New York Liberty y en San Antonio Silver Stars. Además, participó seis veces el All Star de la WNBA y se la considera dentro de las 20 mejores basquetbolistas de la historia. Por otro lado, en 2008, luego de enterarse que ya no iba a ser tenida en cuenta para el seleccionado de Estados Unidos, tomó la decisión de jugar para Rusia en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Luego de su participación al frente de los San Antonio, Hammon recibió una lluvia de elogios. De hecho, el propio LeBron James la felicitó y destacó su trabajo. "Tuvo que dar un paso hacia adelante para mostrar su trabajo, su talento y su amor al juego. Ya todos conocemos lo que hizo como jugadora, así que, en su mente, fue capaz de transferir eso a nuestra Liga. Ha sido maravillosa desde que llegó, fue bello escucharla gritar indicaciones y jugadas. Es muy apasionada del juego. Felicidades a ella y a nuestra liga", sostuvo la estrella de los Lakers, que alcanzó los 1.000 partidos consecutivos en la NBA con un goleo de al menos diez puntos en el día en el que celebró su cumpleaños número 36.