Era un secreto a voces que la final de la Copa Libertadores no se iba a disputar en Chile, luego de las últimas medidas tomadas por la ANFP de suspender un amistoso entre la selección trasandina y Bolivia, por la Fecha FIFA de noviembre. Finalmente, llegó la cordura a la Conmebol y se decidió por Lima como sede.

Si bien Conmebol no se expresó al respecto de manera oficial, Marcos Braz, vicepresidente de Flamengo, publicó en su cunta de Twitter: "Lima, Perú.". Claramente el mensaje está relacionado a las conversaciones que mantuvieron Rodolfo D'Onofrio, presidente de River, Rodolfo Landim, de Flamengo, Claudio 'Chiqui' Tapia, titular de AFA, Rogério Caboclo, presidente de la CBF, y Sebastián Moreno, de la ANFP.

La decisión de Lima resulta algo extraña para la final, no sólo por la lejanía con Buenos Aires y Río de Janeiro, de donde parten la mayoría de los hinchas de ambos equipos, sino que además la ciudad había sido elegida como sede de la definición de la Copa Sudamericana y se bajó "por la crisis política y dirigencial que sufre el Perú, puntualmente el fútbol".

"Perú tenia que hacer una inversión que no pudo hacer, sobre todo un tema de permisos. Con los primeros que se habló fue con ellos y ahora se decidió por Asunción", había anunciado el secretario general adjunto de fútbol de la Conmebol, en una entrevista para un medio paraguayo, en el mes de mayo.

Así y todo, ya está resuleto el problema y el sábado 23 de noviembre, River y Flamengo revelarán al nuevo campeón de la Copa Libertadores en la primera final única de la historia del torneo. Sin embargo, resta resolver si se jugará en el Estadio Nacional o en el Estadio Monumental de la capital de Perú.