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Deportes #selección argentina

La historia del jugador que abandonó los festejos del campeonato del mundo

Su hijo publicó un hilo en Twitter contando la historia del único jugador que una vez finalizado el partido contra Holanda partió hacia Jujuy a ver a su madre. 

La historia del jugador que abandonó los festejos del campeonato del mundo

Jose Daniel “Rana” Valencia fue campeón del mundo en 1978 con la selección argentina a sus 22 años y hoy, con 64, es compadre de Diego Maradona y disfruta de su familia, divirtiéndose con un fútbol 5 con su hijo de vez en cuando.

Daniel Valencia Jr reveló una historia de su padre en su cuenta de Twitter del día que Argentina ganó su primer campeonato del mundo. Pero, para dar un contexto, en el comienzo contó cómo es la personalidad de su padre.

El hilo, arrancó: “Él es un tipo muy despistado (Nivel: me juraba que nunca había jugado una copa América, y en realidad quedó demostrado, con pruebas, que sí) o entre otras cosas, en una gira cambió la camiseta con Cruyff y LA PERDIÓ. Regaló todos sus botines y camisetas, lo cual, en rigor de verdad, no es malo. El punto está en que no se acuerda a quien le regaló cada cosa. No es que hacía regalos a personas especiales. El primero que se le cruzara, y le pedía algo, lo obtenía”.

Y continuó: “la selección argentina concentró desde mediados de enero para lo que sería la cita mundialista. Si bien, los sábados les permitían viajar para jugar con sus respectivos equipos, apenas finalizaba el encuentro, debían volver para la concentración en Buenos Aires y, consecuentemente, habían pasado casi 6 meses sin ver a su familia. Mi abuelo falleció cuando mi viejo tenía 15 años, a los 16, él ya se fue de su casa para jugar profesionalmente y ya quedar instalado en Córdoba”.

Argentina levantó la Copa del Mundo y en la noche los jugadores se reunieron en una cena intima para brindar y festejar el logro conseguido, pero faltaba un jugador: “Ya sabrán quién era el ausente. Quizás con 22 años no tomaba dimensión de lo logrado, pero ese es un pensamiento, completamente subjetivo de la persona que escribe estas líneas. El Obelisco explotaba de gente, todos en sus casas se abrazaban a su familia, todo. En el hotel, el Profe Pizzarotti, lo buscaba preocupado”.

Rana Valencia abandonó los festejos del campeonato del mundo en 1978

Ante esta situación, un recepcionista del hotel se acerca al profe, a quién veía sumamente preocupado, y le da un papel que decía: “Profe, gracias por todo. ¡Somos campeones del mundo! Vine rápido al hotel antes que se llene de gente, ya me voy a casa a ver a mamá. Despídame de todos. Abrazo enorme”.

En Tucuman, los gendarmes que le pedían fotos en la ruta avisaron al gobierno de Jujuy que decidió declarar asueto para que el pueblo pueda ir a recibir al primer campeón del mundo jujeño. Todo el pueblo fue a copar la entrada principal de la ciudad.

“Para llegar a la casa de mi abuela, tenías 2 posibilidades: Agarrar la avenida principal (que es lo que hace todo el mundo) o una calle de tierra que mi viejo transitaba cuando tenía 13 años. ¿Adivinen que camino eligió? Exactamente, se fue por el camino de tierra. Una vez llegado, más sonriente que nunca, esperando, finalmente, reencontrarse con su madre. Toca el timbre, abre la señora que trabajaba ahí”.

- ¡¿Daniel, que está haciendo acá?!

- Me hubiese gustado que me reciban mejor

- ¡ESTÁ TODA LA PROVINCIA ESPERÁNDOLO EN LA AVENIDA PPAL!

El hilo cerró con una conclusión muy emotiva que emocionó a muchos lectores: “Ustedes dirán que lo importante era poder ver a mi abuela, y tienen razón. ¿Saben cuál fue el problema? QUE MI ABUELA TAMBIÉN SE HABÍA IDO A LA AVENIDA A RECIBIRLO. ‘La abracé a la abuela como 2 horas, y eso fue mejor que todo’ me dijo. Fue así, hasta el último día de mi abuelita. Siempre una cancha de fútbol, y ellos juntos”.

Jose Valencia con su madre
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