El "Conguito Gate", como se lo conoce en Inglaterra, llegó a su final cuando The Football Associacition (FA) confirmó la pena para el portugués Bernardo Silva, luego de haber publicado un chiste en su cuenta de Twitter que fue considerado por muchos como racista, aunque a Benjamin Mendy, a quién iba dirigida la broma, no le pareció de esa manera.

Todo comenzó con la publicación de una foto de el defensor francés cuando era chico y el mediocampista de Manchester City replicó esa imágen con la de la golosina "Conguito", que tiene como logo a un niño negro. A partir de allí, la federación inglesa le abrió un expediente por discriminación.

"La actividad del centrocampista del Manchester City el 22 de septiembre de 2019 rompió la regla E3 de la FA, ya que era insultante o inapropiado, desprestigiaba el juego y constituía un incumplimiento agravado, al incluir referencias, explícitas o implícitas, a la raza, el color o la etnia", explicó la FA.

Tras la misma, Silva terminó siendo condenado por el ente, que si bien remarcó que el chiste no prentendía ofender a Mendy (quien hizo público que no se sintió agredido), incumplía la norma. Por eso, se le impuso una multa de 50.000 líbras (55.000 euros), siendo la más baja de carácter económico, un partido de suspensión (vs. Chelsea) y la concurrencia a un seminario de racismo.

"No se puede cargar a un amigo en estos días... Muchachos...", había escrito el portugués tras haber eliminado la publicación hecha algunas horas antes, pero que ya había sido capturada por varios usuarios "1-0... Ya verás", le había contestado su compañero a la publicación, con gestos de risa, pero no fue suficiente para evitar la sanción.