La revolución del Atalanta de Gian Piero Gasperini, que vivió dos de las mejores temporadas de su historia en los últimos años, tiene en Alejandro Gómez a uno de sus grandes estandartes. No solo por lo que significaba dentro del plantel, sino también por lo que aportó en el campo como líder nato.

Sin embargo, su camino con el club de Bérgamo terminó de una manera abrupta e inesperada. Tras un cruce con el DT en el entretiempo de un partido por Champions League, el "Papu" no volvió a vestir la 10 en su espalda y esperó al verano para conseguir una salida, en donde Sevilla puso los ojos.

El tiempo pasa y las preguntas sin resolver golpean a la ciudad italiana, así como también al jugador que se sinceró en una entrevista. "Estoy tratando de entender qué pasó. Sé que no soy yo el culpable. No se podía seguir de esa forma y tomé la decisión correcta. Estoy contento y tranquilo por mi decisión".

"Me cuesta ver los partidos del Atalanta. Me hace daño ver jugar a mis ex compañeros. Estoy feliz por ellos, porque lo están haciendo bien, pero no puedo", expresó el ex Arsenal y San Lorenzo en diálogo con Sky Sports.

Respecto a su partida, también explicó la decisión de irse a España. "Mi prioridad era el Sevilla y estoy muy orgulloso por haber venido aquí. Tenía grandes ofertas de la MLS y de Arabia, con muchísimo dinero, pero no me interesaba. Sabía que había gente que quería que desapareciera en esos países", comentó.

El ex de Atalanta ha jugado hasta ahora nueve encuentros de La Liga, además de dos de Champions League y tres de Copa del Rey, pero le cuesta encontrar su lugar en un equipo, en donde se ha mostrado mejor como mediocampista que como extremo, donde lo suele utilizar Lopetegui.