Cuando el reloj marcó los siete minutos del silbato inicial en el partido que estaban protagonizando Santa Rita y Libolo en la ciudad de Uige, Angola, ocurrió el desastre.
Cientos de personas irrumpieron en una de las puertas del Estadio Municipal 4 de Janeiro para entrar y ver el encuentro inaugural del campeonato nacional de ese país, y provocaron una avalancha que dejó a muchas de ellas caídas, quienes terminaron siendo pisoteadas y murieron asfixiadas.
Según fuentes del hospital de Uige, al menos hubo 17 muertos y 61 personas resultaron heridas, de las cuales cinco se encuentran en grave estado. En su mayoría, los fallecidos eran adolescentes de entre 12 y 15 años.
José Eduardo dos Santos, el presidente de Angola, expresó su consternación por lo sucedido y se solidarizó con los familiares de las víctimas. Además, le ordenó al Gobierno provincial de Uige que le brinde el apoyo necesario a los heridos y comience una investigación para aclarar las causas de la tragedia.