La sala está vacía, a excepción de una joven, sentada en el centro de la escena. De pronto, música. Se encienden las luces, llegan los invitados. Parece una fiesta. Es un cumpleaños. Entre risas y entusiasmo los personajes se van presentando.

Angie (Antonella Valese) es la dueña de casa. Recibe a sus amigos, junto a quienes compartirá su festejo, ignorando que ese día de alegría se convertirá en un recuerdo del que no puede escapar, por más de que organice excursiones y viajes.

Los sábados a las 21.00 horas el Teatro Quirón (Av. La Plata 1331) presenta "A partir de ahora" (de Micaela Nardowski y Antonella Valese), un musical verdaderamente humano sobre la fragilidad, el paso del tiempo, las angustias y los deseos que no pudieron ser.

Un grupo de amigos se entrega con resignación al paso del tiempo, realizándose preguntas que no podrán responder, atravesando sus propios vacíos mientras se plantean reconstruir los vínculos de su relación que parece desquebrajarse.

Stella Maris Faggiano dirige una puesta en escena sensible que invita a la reflexión. Escenas cuidadas que con talento -y buena interpretación actoral- permiten viajar en el tiempo. En este sentido, la obra emplea excelentemente las idas y venidas en el tiempo, uno de los puntos más favorables, lo que se vuelve central y enriquecen una puesta en escena no lineal.

"A partir de ahora" es un homenaje al teatro ya que recrea su valiosa esencia, prescindiendo de excesivos elementos y escenografía: la imaginación.

Con este recurso de la imaginación, el musical no subestima a espectadores y espectadoras, ya que no miran el espectáculo de forma pasiva sino que recrean en su mente aquello que no aparece concretamente representado. Arte conceptual."Lo esencial es invisible a los ojos", diría Saint-Exupéry.

Luchar por las horas que no vuelven

Érika (Micaela Narodowski) también está en la fiesta pero está preocupada, más bien, tensionada: la acompleja saber que Sebastián (Santiago Banegas) siente algo por ella. A su vez, Sebastián no sabe cómo acercarse a Érika, teme que no sienta lo mismo por él y no se anima a abrir su corazón.

Martín (Ramiro Iglesias) tiene sus ojos puestos en Angie y sueña con viajar a su lado, compartir sus recorridos, y sus vidas. Y Olivia (Pachi Lucas), bueno, Olivia va de un lado a otro, parece relajada y que también disfruta de la noche. 

Flashforward. Los amigos en la misma casa. Ahora no están relajados, sino incómodos. Notan en sus rostros (y en el decorado del lugar) el paso del tiempo. Surgen los reproches, las excusas y los argumentos para justificar sus comportamientos.

Ninguno se puede explicar qué fue lo que verdaderamente pasó esa noche y por qué dejaron que sucediera. Sin embargo, ya es tarde. Aunque lo intentan, una y otra vez en sus mentes, el reloj no se puede retroceder y pese a que todo ocurrió delante de sus narices no lo vieron venir.

¿Cómo se puede seguir con la rutina? ¿Cómo valorar el hoy cuando el futuro te toma por sorpresa y te deja en desventaja? ¿Es posible volver a lo que era antes?

La obra ejemplifica la melancolía del paso del tiempo con una metáfora. Vas por esa calle que conocés y llegás a tu casa. La velocidad con la que caminabas no te dejó ver algo que estaba ahí pero a lo que no le prestaste atención, tu mente está focalizada en otra cosa, en pensamientos, pensamientos que ahora hacen que olvides aquello que olvidaste cuando caminaste hacia tu casa y que ahora ocupan tu mente. Te invade la necesidad de ponerle pausa a esos pensamientos.

¿Cuántas veces queremos que el tiempo se detenga? En una caricia, un aroma, un atardecer, el nacimiento de un ser querido, esa juntada con amigos, ese amor que no se olvida, ese plan improvisado que superó tus expectativas, ese trabajo que se dio, esa tarde con tus abuelos, tantos momentos.

Pero el tiempo no se detiene sino que la vida se presenta irremediable, sólo queda mirar hacia delante, con la sensación de que "si lo hiciste, fue porque lo sentiste", como cantan los personajes.

Tranquilo, tranquila. "Dale que se queda en vos", dicen las voces que se dan ánimos, esperanzas.

Magia escondida en las canciones

"No me digas que no empiece", cantan los personajes. Es imposible no empezar, no volver a la herida que aún permanece abierta y latente. "Guarda con las horas que se van, que se van y no vuelven", advierten. No hay peor nostalgia que la de aquello que no pudo ser.

A través de las canciones, las autoras expresan el corazón de la obra, que también permanece bordado ( realizados por María Catalina Rosell) en las prendas de vestir de cada personaje. Las advertencias están por todos lados. Verlas es lo que muchas veces resulta complicado.

"Y que no me entere que dejaste a la mitad lo que querías porque duele", repiten también a través de melodías. Metas inconclusas, etapas sin cerrar, y sueños abandonados, cuestiones típicas del ser humano, que duelen y cómo duelen.

La vida -con sus mareas y la rutina frenética que manejamos- corren el foco de lo importante, y nos desvían la mirada hacia las cuestiones más triviales; hacen que nos convenzamos a nosotros mismos que éstas son lo relevante.

La obra cuenta con banda en vivo de los músicos Juan Ormaechea, Mariano Travella y Jesús Gomez. Los Arreglos musicales están a cargo de Jesús Cañete; y los vocales, de Facundo Galli.

Teatro por mujeres

En tiempos donde prevalecen los hombres en las industrias y permanece más oculto o "subordinado" el trabajo de las mujeres (en relación al de los hombres), vale destacar la realización de un musical bajo la perspectiva de mujeres.

Las autoras Micaela Nardowski y Antonella Valese, quienes también integran el elenco de la obra, crearon un espectáculo digno de ver, la cuota justa de sensibilidad y dinamismo, que cautiva desde la representación, el conflicto de la historia y la puesta en escena.

La mirada de la directora, Stella Maris Faggiano ("La Naranja Mecánica"), se complementa a la de las autoras para cranear y componer este recomendado musical, que a su vez, cuenta con la asistencia de Florencia Castillo (en la dirección) y el trabajo coreográfico realizado por Paula Grosse.

El elenco

Los cinco actores en escena insertan a los espectadores en una atmósfera que pasa de la calidez a la perturbación, como el mar, que permanece sereno y también puede revolucionar con la intensidad de sus olas.

Desde sus interpretaciones, hasta sus voces -afinadas y en vivo-  MicaelaNardowski, AntonellaValese, Pachi Lucas, Ramiro Iglesias y Santiago Banegas nos cuentan una historia tan cercana como distante, que interpela sin discriminación. Si bien no todos hemos pasado por tal adversidad, sí nos hemos replanteado sus preguntas, y reprochado lo que no está en nuestras manos.

Broche de oro

"A partir de ahora" reflexiona sobre los hilos de un destino que no movemos pero que queremos controlar, mientras que las horas avanzan frenéticamente y nos envuelve la rutina. Pero no todo está perdido. Esperanza, abrazos de ánimos para seguir avanzando, sanando las heridas y permitiéndose a uno mismo, avanzar.

La obra tiene un final maravilloso, al que es imposible no hacer referencia. Elige una forma tan simple y a la vez conmovedora y crucial para cerrar el musical y esa herida que los personajes siempre llevarán con ellos mismos. 

De manera concreta y visual los personajes extienden un retaso de tela, símbolo de aquello que perdieron pero que siempre los acompañará. Porque si de algo estamos seguros es que "se queda para siempre en vos".

"A partir de ahora" un musical digno de aplausos. Tiene lugar todos los sábados en el Teatro Quirón (Av. La Plata 1331), bajo la dirección de Stella Maris Faggiano, banda en vivo y las interpretaciones de Micaela Nardowski, Antonella Valese, Pachi Lucas, Ramiro Iglesias y Santiago Banegas.