Las fakes news, los rumores infundados y los mitos en la farándula siempre están a la orden del día, y muchas veces, aún ante la desmentida de sus protagonistas, siguen en el inconsciente colectivo de las personas.
Algo de esto le sucedió a Alejandro Fantino, que durante años sobrevolaba en el aire el rumor de una supuesta historia de amor con el cantante Luciano Pereyra y con el futbolista El Polaco Bastía.
En una reciente entrevista que brindó para la Once Diez, Franco Torchia le preguntó sobre este tema y Fantino habló sin miramientos.
El rumor parte del futbol por una amistad que yo tengo con Luciano Pereyra y al Polaco Bastía. “Es parte del fútbol haberme hostigado por mi supuesta homosexualidad. Yo a mi masculinidad no la tuve que construir porque se me fue construyendo ella”, explicó al tiempo que recordaba de dónde surgieron los primeros rumores
“El Polaco era jugador de Racing y venía a Mar de fondo Yo soy mucho de tocar, de agarrar la mano, de abrazar. Yo voy al club y estoy en el vestuario y te agarro, te abrazo, hasta te beso en la mejilla, me parece lindo eso, es una cosa de amor”.
Luego ahondó sobre el cantante con quién tiene una amistad desde hace años y dijo: “Luciano venía mucho a pescar a Sauce Viejo, después vino varias veces más, se hizo muy amigo de mi papá, venía con sus amigos, tenía una bandita de Luján muy macanudos”. Y agregó tratando de hilvanar de donde salió la versión.
“Alguien habrá dicho que estos dos encubren una relación. En algún momento me hinchaba las pelotas, pero después me puse a analizarlo y no hay ninguna referencia a eso y a la duda que muchos tenían”.
“Me pasó que se lo conté a mi viejo, porque entiendo y entendía que mi papá seguía en el pueblo, veía a sus amigos, trabajaba en el campo y entiendo que esa versión pudo haberle afectado, aunque jamás me hubiese dicho algo. Un día estábamos pescando y se lo dije”, narró
Pero si todo hubiese quedado en simples rumores la cuestión no habría sido grave, no obstante estas falsedades lo llevaron a protagonizar un episodio de violencia.
“Me arrepiento de una cosa que me pudo haber costado la carrera, porque en ese momento relataba fútbol y recién en la cancha nueva de San Lorenzo me gritaban de todo, me gritaban, Bastía, Luciano Pereyra. Yo en ese momento estaba con mi hijo Nahuel y los cité a los tipos y se quedaron esperando y me recagué a trompadas en el estacionamiento de manera violenta”.
“Saqué lo demoníaco y lo que ellos tenían diariamente. Es horrendo, pero la agresión que recibí en la cancha saltó la presión de mi cabeza”, concluyó el santafesino.