Alejandro Fantino, es conductor, relator, periodista y también es un aficionado a la lectura desde muy temprana edad. Por eso cada octubre o noviembre cuando viajaba a Necochea junto a sus padres quienes se dedicaban a la cosecha de trigo inspirado en una de las tantas historias que habia leído, escribió una carta que en una botella arrojó al mar. 

El suceso fue en el año 1981, cuando el conductor tenía 10 años y su inspiración provino del conocido libro Moby Dick, de Herman Melville,

Lo que sucedió entonces fue revelado por el periodista casi cuatro décadas después, en su programa ESPN FC Show.

“Cuando mi vieja  escuche esto, se va a largar a llorar a borbotones”, anunció Fantino al comenzar a narrar lo que definió como “una historia de cuentos”. 

“Escribo una carta y la pongo adentro de una botella y la arrojo al mar. Las olas se llevan la botella. La típica historia de un nene. Yo nunca más supe de esa carta. Hasta que me llega una carta a mi pueblo: ‘Hola, soy Rubén Jurado, pescador, y encontré tu carta’, decía".

Hastá acá todo era en base a las palabras de Fantino, como único narrador, pero el destino quisó que Jorge, el Flaco Vivaldo, ex arquero de Chacarita, tomara clases en un gimnasio con Hernán Jurado, nieto de Rubén.

El pasado viernes, invitado por la producción de ESPN, Vivaldo le llevó a Fantino aquella carta que hizo siendo un niño: Hernán todavía la conserva, y se la mostró a su alumno para que, a su vez, se la diera a su autor original.

Emocionado, Fantino mostró la carta que había escrito  a pantalla y cómo el destino le devolvió la magia de este hecho y creó una relación de amistad que perdura hasta el día de hoy. 

“Me llamo Alejandro Fantino, tengo 10 años. Lo que más deseo es paz”, puso en aquel entonces, permitiéndose ahora realizar una broma: “¡Qué mal que estuve ahí!”, reconoció, entre risas. “Me gusta pescar -continúa-. Si encontraste esta carta escribime a Vicente López y Planes 226, San Vicente, Santa Fe. 1981”.

Cuando Rubén, respondió la carta, Alejandro empezó a tener contacto con su familia y cada vez que los Fantino viajaban a Necochea, visitaba a los Jurado. E incluso compartir Navidades juntos.