La actriz y modelo estadounidense Megan Fox alcanzó la fama desde muy joven siendo considerada una de las mujeres más bellas de Hollywood. Formó parte de decenas de films, entre ellos: "Dos policías rebeldes" y "Confesiones de una típica adolescente".

Una de sus grandes revelaciones e importantes saltos a la fama sucedió en la piel de Mikaela Banes en "Transformers" (2007). Sin embargo, tras el estreno de "Diabólica Tentación" ("Jennifer's Body", 2009), atravesó un duro momento que le provocó -como ella misma asegura- un "colapso psicológico".

Tras ello la actriz se alejó de Hollywood, lo que llevó a que muchas personas se preguntaran qué fue lo que sucedió.

La respuesta llegó en las últimas horas, en una entrevista que la actriz brindó al programa de Fox Entertainment Tonight. "Me estaban pasando tantas cosas en ese momento, que las críticas a la película no estaban en el top de mi lista de preocupaciones. Porque tenía una relación tan tensa con el público, con los medios de comunicación y con los periodistas, y estaba luchando tanto en ese momento, que eso no me resultó particularmente doloroso. Sólo era parte del conjunto", contó.

"Aunque yo misma me consideraba feminista, creo que las feministas no querían que fuera parte de su grupo. ¿Qué sentido tiene apoyar a otras mujeres si sólo hay un grupo de ellas a las que puedes respaldar?", lamentó Megan Fox.

Megan mencionó que la industria sexualizó su cuerpo desde muy joven y que en reiteradas oportunidades le hubiera gustado unirse al movimiento Mee Too para denunciar a sus acosadores, sin embargo desistió. Imaginó que la señalarían como la "víctima perfecta" y tras las críticas que recibió posteriores a "Diabólica Tentación", decidió alejarse para "esconderme y sanar".

"Aunque yo misma me consideraba feminista, creo que las feministas no querían que fuera parte de su grupo. ¿Qué sentido tiene apoyar a otras mujeres si sólo hay un grupo de ellas a las que puedes respaldar? ¿Tengo que ser académica o no resultarte intimidante para que me apoyes? ¿Por qué no puedo ser parte de tu grupo yo también?", manifestó.

Y añadió: "Creo que sufrí un verdadero colapso psicológico. No quería hacer nada. No quería que me vieran. No quería tener que tomarme una foto, salir en una revista, o caminar por una alfombra. No quería que me vieran en público para nada. Pensaba que se burlarían de mí o que me escupirían, o me gritarían, o que la gente me iba a apedrear o a atacarme por salir al aire libre o por lo que fuera".

Las presiones sobre su cuerpo y las exigencias que suelen recaer sobre las mujeres, resonaban constantemente y la dañaban emocionalmente. "Yo no estaba perfecta, o estaba demasiado gorda o demasiado delgada. Era estúpida, u ofensiva. Era un desperdicio o una mala actriz. Cualquier cosa que pudieras decirme, yo ya me había sentido así, porque creía que el mundo no me iba a aceptar, así que pasé por un momento muy oscuro después de eso", sostuvo.

Megan es madre de Bodhi Ransom, Journey River y Noah Shannon, los hijos que tuvo junto a su pareja Brian Austin Green. La maternidad y su familia fueron los sitios en los que encontró un refugio frente al dolor.

"No es algo realmente respetado en esta industria. Se considera un handicap. Y eso es lamentable porque no se reconoce que hacemos malabares, lo que estamos haciendo", cerró.