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Murió el actor mexicano Sebastián Ferrat, tras comer carne de cerdo en mal estado

El hombre conocido por su papel de villano en la serie "El señor de los cielos", murió el domingo a los 40 años tras estar tres meses internado en coma por una afección cerebral. 

Murió el actor mexicano Sebastián Ferrat, tras comer carne de cerdo en mal estado
Murió el actor mexicano Sebastián Ferrat

El actor mexicano Sebastián Ferrat murió el domingo a los 40 años tras estar tres meses internado en coma por una afección cerebral. El hombre conocido por su papel de villano en la serie "El señor de los cielos" habría contraído una infección tras consumir carne de cerdo en mal estado.

El artista estaba internado en un hospital de Mexicali, Baja California, y los miembros de su familia eran los únicos que podían visitarlo. Sus allegados prefirieron mantener un perfil bajo y no dar detalles de la salud del actor, que desapareció misteriosamente de la escena pública hace unos meses, dando lugar a todo tipo de rumores. 

Según trascendió, Ferrat habría muerto debido a una cisticercosis, una infección causada por los estados larvarios de la tenia Taenia solium que se alojan en tejidos musculares y el cerebro, ocasionando la formación de quistes.

"Al parecer había estado en coma por una bacteria al comer carne de puerco. Pero la familia tenía restringida las visitas. No he podido localizar a nadie en Mexicali para que me informe", explicó desde su cuenta de Facebook su colega Dereck Lucken quien además le dedicó unas emotivas palabras.

Lo cierto es que la cisticercosis no se produce exclusivamente por comer carne de cerdo. De hecho, puede haber casos de infección en los que el paciente jamás ha consumido este alimento. De acuerdo con diversos especialistas, la enfermedad se contrae por vivir en malas condiciones higiénicas y en zonas rurales de países en desarrollo.

Más sobre el parásito que se albergó en el organismo de Sebastián Ferrat

Se genera por la Taenia solium, un gusano conocido comúnmente como tenia o solitaria, y cuyos huevos se transmiten a través del agua y los alimentos contaminados. El padecimiento infeccioso afecta generalmente a la población de 15 a 40 años de edad, y se esparce a través del torrente sanguíneo y se asienta en los músculos, ojos y cerebro, principalmente.

La enfermedad, que se encuentra entre las causas más severas de morbilidad y mortalidad en México, puede ocasionar parálisis parcial, pérdida del habla, infartos cerebrales e hidrocefalia. La larva puede formar quistes que provocan dolor de cabeza y crisis convulsiva, pero cuando se alojan en las regiones basales del cerebro causan inflamación, lo que obstruye la circulación de líquido cefalorraquídeo (mejor conocido como LCR, es un líquido que baña el encéfalo y la médula espinal) y genera hidrocefalia. La condición puede hacerse tan grave que los enfermos pueden requerir tratamiento quirúrgico de manera urgente.

En otros casos, la presencia abundante de larvas llega a ocasionar inmovilidad en la mitad del cuerpo o en piernas, y pérdida del habla. Además, cuando la inflamación del cerebro aumenta y se encuentra cerca de alguna arteria principal de este órgano, puede ocasionar un infarto cerebral por vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos que provoca cambios en sus paredes).

Cuando la larva se aloja en el cuerpo, tarda alrededor de 21 días en revelar sus primeros síntomas como dolores de cabeza constantes, mareos e inclusive crisis convulsivas. La severidad del cuadro depende del número y tamaño de quistes detectados.

Su presencia en el cerebro solo se detecta a través de una tomografía y una resonancia magnética, que permiten identificar las lesiones y características del cisticerco. Su tratamiento incluye fármacos y en casos graves requiere cirugía para la extracción de los quistes.
 

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