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Celina Esteban, la primera enfermera trans en convertirse en Jefa de residentes

A pesar de haber sufrido discriminación y maltratos Celina asumió como la primera enfermera trans en ocupar el puesto de Jefa de residentes del Hospital Santojanni. "Esto no tendría que ser noticia, vamos a seguir ocupando lugares", reflexionó en diálogo con Filo.News

Celina Esteban, la primera enfermera trans en convertirse en Jefa de residentes

Celina Esteban tiene 34 años, vive en Ituzaingó y es la primera enfermera trans en conseguir el puesto de Jefa de Residentes del Centro de Salud N°7 del Hospital Santojanni. Se recibió en 2017 en la Escuela Superior de Enfermería Cecilia Grierson, luego se especializó en atención primaria y en octubre de este año asumirá en su nuevo cargo.

A pesar de haber sufrido discriminación desde chica por su identidad sexual en diferentes espacios Celina logró, tras una larga lucha, obtener un puesto que ninguna persona trans había conseguido antes: "Siempre nos vamos a encontrar con gente mala, pero hay que quedarse con lo bueno y ser fuerte", dijo en diálogo con Filo News.

Un hito fundamental en su vida, en sus palabras "un volver a nacer", fue la sanción de la Ley de Identidad de Género en 2012 que le brindó la oportunidad a ella y a muchas personas de encontrar su libertad: "Ese mismo año, automáticamente cambié de identidad. Fui la primera de Ituzaingó", manifestó.

Aún así varios compañeros y profesores continuaron discriminándola: "Mi apellido es Esteban y a mí me llamaban así como si fuera mi nombre, con un tono discriminatorio". Más adelante, al ingresar en las residencias de enfermería no tuvo problemas con el respeto hacia su identidad de género hasta que concursó por el puesto de jefatura.

"La jerarquía de la residencia, las jefaturas actuales medio que se impusieron y me empezaron a poner palos en la rueda, constantemente. Se me llegó a decir que un travesti bajaba el estatus de la residencia. A mí me agarró una tristeza bárbara porque la persona que me dijo esto fue una persona a la que quise muchísimo", contó a este medio.

"En la jefatura competí con un compañero. Al resto de los residentes se le llegó a decir que lo votarán a él porque yo era una loca, que tenía brotes psiquiátricos, por ese lado mal pero tomé las acciones legales correspondientes y ahora estoy más tranquila", manifestó Celina que llegó a sufrir ataques de pánico por las agresiones recibidas.

"Es triste tener que compartir espacios con personas que te maltratan, hacen abuso de poder, te discriminan, es bastante triste", expresó y confesó que nunca tuvo una colega o un colega trans.

"Uno de mis objetivos es captar a la población trans. Ni siquiera hay pacientes trans que se acerquen al centro de salud. Quiero hacer una guía referencial sobre todos los espacios para ellas y ellos que hay cerca del centro de salud. Completarles el carnet de vacunación, asesorarlas en métodos anticonceptivos, enfermedades de transmicion sexual y hacerles los chequeos de salud que todas y todos nos hacemos", contó Celina que cuenta con felicidad y orgullo que cada día reafirma su vocación de enfermera.

"Tambien quiero abrir un espacio de hormonización que va a captar a la población trans sabiendo que van a tener un buen trato y van a ser bien recibidas. La expectativa de vida de las personas trans es de 38 años. A mi me pasó de ser paciente y ser maltratada en centros de salud", recordó e hizo hincapié en la importancia de la capacitación como uno de los pasos fundamentales hacia el cambio de la mirada y la ampliación de derechos.

En el Día Internacional de la Enfermería el testimonio de Celina es un aporte valioso para poder pensar a las diversidades ocupando puestos cotidianos: "Esto no tendría que ser noticia, vamos a seguir ocupando lugares", reflexionó a este medio y agregó: "A mí me gustaría decirle a la población trans y a todas las personas en general que todo se puede, hay que proponérselo".

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