Tim Bergling fue uno de los músicos más exitosos del planeta. El DJ, conocido mundialmente como Avicii, metía un hit atrás de otro y su música sonaba en todas las radios y discotecas. Primero fue "Levels", el tema que lo catapultó; luego vinieron "I could be the one", "Wake me up", "Hey brother", "The nights" y "Waiting for love", por mencionar sólo algunos. En el medio, True y Stories, dos álbumes que se ubicaron en los primeros puestos de las listas de todo el planeta.

Pero el artista no podía lidiar con todo lo que implicaba ese éxito, con giras interminables y cientos de conciertos alrededor de todo el mundo -llegó realizar 300 presentaciones en un año-. "Los shows nunca terminan: mi vida es solo estrés", confesó en el documental Avicii: True Stories. Su familia, en una carta publicada días después de su fallecimiento, ratificaría sus palabras: "No estaba hecho para la máquina de negocios en la que se encontraba".

En la cima del éxito, el DJ libraba una batalla contra sus propios demonios. Ansiedad, alcohol y una fuerte dependencia de psicofármacos hacían de su vida una lucha constante.

En 2016, un año después del lanzamiento de su último álbum (esto no incluye a Tim, que fue lanzado de manera póstuma en 2019), Avicii tomó una drástica decisión: despidió a su mánager y anunció su retiro de los escenarios.

"Mi camino ha estado lleno de éxito, pero no exento de problemas. Me he convertido en un adulto mientras crecí como artista, he llegado a conocerme mejor y a darme cuenta de que hay tantas cosas que quiero hacer con mi vida... Hace dos semanas me tomé un tiempo para viajar por los Estados Unidos con mis amigos y mi equipo, para mirar, ver y pensar en las cosas de un modo nuevo, lo que realmente me ayudó a darme cuenta de que necesitaba hacer el cambio con el que he estado pensando durante un tiempo. Sin embargo, nunca me olvidaré de la música. Voy a seguir hablándole a mis fans a través de ella, pero he decidido que en este 2016 voy a hacer mi última gira... Una parte de mí piensa nunca digas nunca, podría estar de regreso... Pero no voy a estar de vuelta", escribió en ese entonces el músico.

Parecía que al fin encontraría la tranquilidad que necesitaba. Pero no fue así. Los fantasmas que lo habían acechado en el pasado seguían ahí, y Tim "ya no podía seguir más". "Sólo buscaba paz", contaron sus padres.

El 20 de abril de 2018, sólo seis meses después de cumplir 28 años, el DJ fue encontrado sin vida en un lujoso hotel de Mascat, Omán. Investigaciones posteriores determinarían que el músico se había quitado la vida cortándose las venas con cristales de una botella rota.

Su fortuna se destinó a la fundación Tim Bergling, que busca concienciar sobre la salud mental y la prevención del suicidio.

Su padre contó que la familia le pidió en más de una ocasión que abandonara las giras, pero, al mismo tiempo, veían que Tim era feliz cuando hacía música, y eso lo cambiaba todo. "El negocio te absorbe, y Tim era demasiado exitoso. Y cuando viajaba y hacía música era feliz; tenía altibajos, pero producía y era creativo. Y como padres, nos sentábamos en Estocolmo y esperábamos que volviera a casa a descansar".

"Te preguntás, ‘¿Por qué no hice nada?’ Y la verdad es que hicimos un montón de cosas. Pero Tim era un adulto, tomaba sus propias decisiones, no podíamos encerrarlo, todo el tiempo estaba creando. Cuando ahora lo vemos desde otra perspectiva es fácil decir que debimos haberle puesto un límite, pero hicimos todo lo que pudimos", dijo.

A cuatro años de su muerte, la mejor manera de recordarlo es a través de su música y por eso, a continuación, te dejamos seis temas imperdibles de este artista.