Seguro en estos tiempos de pandemia escuchaste bastante seguido la palabra 'lavandina'. El producto permite desinfectar, limpiar y borrar manchas, mientras crea otras formas nuevas. ¿Cómo equilibrar ambos extremos?

Esa dualidad es la que se plantea Clara Cava en su nuevo EP. "Es un concepto profundo; se usa para limpiar pero al mismo tiempo re tóxico y en esa idea de limpieza pero en un nivel obsesivo, como si eso fuera lo que nos protege. Y así me tomo el momento de composición, como una forma de limpiarme como también de generar cosas nuevas y distintas", confiesa, en diálogo con este medio.

Luego sigue: "Estoy convencida de que lo que se proyecta en el cuerpo es reflejo de lo que pasa en la mente. Puedo tratar de limpiar o sanar lo físico, pero si dejo a la cabeza en segundo plano, no voy a encontrar el equilibrio".

El material cuenta con 6 canciones y videos compuestas y producidas desde casa en colaboración con más artistas y productores. Nace como algo espontáneo e inesperado, producto del encierro y el intercambio virtual.

"El proceso de composición, producción y grabación fue a modo pingpong virtual con la personas que participaron, me ayudaron y laburaron en este EP. El lanzamiento entonces no podía ser en otro momento ni contexto que este porque nace de esa necesidad de generar algo y sacarle algo lindo a esta mitad de año que de alguna manera la sentí un agujero en el tiempo", continúa la artista.

"La cuarentena me dio lugar a estar sola, pensar, bajar un par de cambios, componer, grabarme, aprender a producir cositas, etc. Después empecé a volverme un poco loca y sentí la necesidad de activar y concretar y no dejar que todo termine estancado en el aire. Ahí me puse a organizarme un poco y me di cuenta de que durante los primeros meses de aislamiento y trasnoches había compuesto y grabado maquetas de varios temas y también creado otros a distancia y en conjunto con algunxs amigxs", añade.

Después de todo, confiesa que la música tiene ese poder: "Me re sirve para ordenarme la cabeza, soltar lo que me molesta y sumar lo que me gustaría tener más cerquita. Apunto a eso, a escribir desde un lugar menos enroscado pero sin dejar de ser fiel a lo que me pasa. En este EP busco un poco eso: soltar y abrirme". 

Conoció sus primeros acordes gracias a su hermano, Facundo, quien tocaba la guitarra y escribía sus propios temas. "Me inspiraba mucho y al mismo tiempo me enseñaba a tocar", recuerda. No fue el único: forma parte de una familia de artistas.

"Mi mamá también tocaba la guitarra, mi papá escuchaba mucha música siempre al palo en el living, en el auto, mucho rock nacional, rock progresivo, música brasilera, hasta clásica. Cuando era más chica me instalaba horas en lo de mi abuela que tenía un piano de media cola que lo amaba y durante unos años tomé clases. Después me conecté más con la guitarra y fui por ahí", sigue.

La composición es una de sus grandes pasiones, según cuenta. Sus primeras letras las escribió cuando estaba en la primaria, en un cuaderno que todavía tiene guardado. Fue a los 20 cuando retomó esa actividad con mayor frecuencia, y donde se dio cuenta que tenía ganas de mostrar su trabajo. 

Durante el 2018 lanzó "No es el color", "Notarlo sin decirlo" y su primer EP "Antibioticx", que guarda relación con su nuevo lanzamiento "Lavandina": "Ambos agarran ese concepto de la música como mi forma de sanar, sacar algo de adentro y convertirlo en algo nuevo. Al mismo tiempo, mezclado con ese juego del doble fllo de estos productos de laboratorio que en exceso pueden ser dañinos, tóxicos", explica.

"Pienso mucho y siempre que todo es dual, y que los opuestos se dan significado entre sí. Hablar de relaciones y vínculos para mí es una manera de analizarme a mí misma y a mi entorno y de ahí conocerme, entenderme, aprender y crecer. Sé que de todas las situaciones hay dos lados y que si me metí en un lugar que no me gustaba, fue porque algo a dentro mío no estaba ordenado, y lo mismo viceversa", continúa.

Su voz y flow que coquetea entre el soul, trap y R&B que la muestran transparente y única. Según cuenta, entre sus principales influencias se encuentran Erykah Badu, Lauryn Hill, The Cranberries, Spinetta, Djavan, Vinicius, Stevie Wonder, Frank Zappa, Prince; y en los últimos años me hice muy fan de Frank Ocean, Mac Miller, Kali uchis, Tyler. A nivel nacional, sigue a Nafta, Tomi Morano, Catriel y Paco, Luca Bocci, Juana Rozas, Eve Calleti, Anyi y más.

"Siento que la escena del R&B y neo soul viene creciendo todos los días en Argentina ya sea porque aparecen nuevos artistas con una propuesta que va por ese lado, o porque artistas que venían haciendo otro tipo de música se empiezan a volcar para ahí. Al mismo tiempo, también creo que hoy en día los géneros están deformados, son híbridos, y en esa hibridación se genera algo nuevo que ya no tiene que ver con los elementos particulares de cada género musical por separado", reflexiona. 

Luego agrega: "Esto da lugar a una libertad para explorar lo que está afuera y explorarse para adentro, sin la necesidad de tener que definirse en un estilo, si somos un millón de cosas al mismo tiempo, la música entonces puede ser lo que queramos, cuando queramos, como queramos".

En este sentido a futuro adelanta que se viene mucha música: "En octubre va a salir un single y antes de fin de año el disco entero", asegura. Esa libertad es clara: "La música que hice ayer no me determina mañana", asegura. Como la lavandina, se propone siempre limpiar y volver a crear.