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Video | Sandro de América, 11 años sin el gitano

Se cumple un nuevo aniversario de la partido del ídolo popular que con seducción, picardía y una cintura frenética nos conquistó a todas y todos. Pero, ¿cómo fue que Roberto Sánchez se convirtió en Sandro?

Video | Sandro de América, 11 años sin el gitano

¿Cómo se explica este fenómeno que salió de la zona sur del conurbano y terminó en el Madison Square Garden? La verdad, son de esas cosas que no tienen explicación dentro del arte y en este caso la música. Leyenda, rebelde, galán y talentoso, muy talentoso, por sobre todas las cosas, convirtieron a Sandro en un emblema que nunca se perderá.

Pero vamos de cero para concoer un poco de todo lo que fue Roberto Sánchez, que nació el 19 de agosto de 1945, en la Maternidad Sardá de la Ciudad de Buenos Aires. Fue el único hijo de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo y se crió en Valentín Alsina, Lanús, aunque quedó históricamente relacionado a Banfield.

Ya de chico, empezaba su pasión por la música y mientras imitaba a su ídolo Elvis Presley, ya iba naciendo Sandro. En 1960, con solo 15 años, formó su primer banda y un año después llegaron Los De Fuego. Y ahí sí, Roberto quedó atrás y Sandro (de Valntín Alsina, por el momento) se comió el escenario.

Tras dedicarse a varios covers en inglés, en 1964 grabaron su primer tema “Hay mucha agitación”. El éxito fue increíble: vendieron más de cien mil copias y fue el primer hit de rock cantado en castellano en la Argentina y la leyenda empezó a crecer con los movimientos pélvicos y desenfrenados que produjeron cuestionamientos de los guardianes de la moral y reclamos de censura cuando se lo vio por televisión.

Ya para el año 1965, su vida artística daría un giro. El rock clásico fue quedando relegado y ganaron terreno los ritmos latinos y las baladas que harían historia. Admeás, se separa de su banda y empieza a trabajar junto al gran Oscar Anderle, que sería el autor de las letras de varias de sus canciones más recordadas. La dupla Sandro-Anderle fue, sin dudas, una de las más prolíficas y exitosas de la historia musical nacional.

Sus primeros años fueron un lujo y además de los escnearios, copaba las pantallas de a poco con participaciones en el cine, pero sin dudas iba a tocar el cielo en 1970. El 11 de abril de ese año, el ídolo argentino se convirtió en el primer cantante latinoamericano en dar un recital en el mítico Madison Square Garden, en un concierto que fue el primero en la historia en transmitirse vía satélite en vivo y para todo el planeta.

En 1972 el mito de Sandro de América ya era un hecho y todos los estadios le quedaban chicos en Argentina, por eso logró ser el primer artista en cantar en el Luna Park de Buenos Aires, que hasta entonces un espacio de uso exclusivo para el boxeo.

De ahí en más, vino una carrera a todo trapo. Editó 46 discos, vendió más de 22 millones de álbumes, ganó once discos de oro, otros tantos de platino y un Gardel de Oro. ¿Querés más? Mantiene el récord de mayor cantidad de recitales en el Gran Rex con ¡¡40!! conciertos entre 1998 y 1999.

"Operación Rosa Rosa", "Subí que te llevo", "Muchacho", "Quiero llenarme de ti", "Embrujo de amor" fueron otros emblemas del cine argentino en donde lució con los acotres más importantes del país y ya cerca del inicio del nuevo siglo, el fuego interno del gitano se iba a ir apagando de a poco.

Sandro fue diagnosticado con un enfisema a fines de 1997 y su salud comenzó a decaer. Su adicción al cigarrillo, que lo llevó a fumar 80 por día, afectó sus pulmones y su capacidad respiratoria. Tras los mencionados shows de 1999, hubo que esperar al año 2001 cuando volvió con “El hombre de la rosa”, donde presentó el famoso micrófono de MacGyver, que incluía un tubo de oxígeno que le facilitaba respirar.

Poco a poco, el deterioro iba llegando y para el año 2009 había que hacer un doble trasplante de corazón y pulmón. Tras varios meses de internación, se realizó la operación en el hospital Italiano de Mendoza y los órganos fueron donados por un joven de 22 años y la operación fue exitosa.

Apenas unos meses despúes de su operación, llegaría la trágica noticia y, de la mano de Sandro, Roberto Sánchez fallecía en la noche del 4 de enero de 2010. El legado, sus movimientos y el brillo en los escenarios, así como los tonos de su voz y seducción, son una marca registrada que vive y vivirá para siempre en la cultura argentina.

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