Salió una nueva sesión de Bizarrap y esta vez fue Shakira la protagonista. Explotó por todos lados. Cientos de posteos y comentarios con aplausos y críticas a un temón pegadizo repleto de venganza, roles de género, estereotipos y confusión.

Recibí varios mensajes pidiéndome opinión respecto a la catarata de insultos que la cantante le dedica al jugador y acá estoy. Por los aplausos y la euforia que veo en las redes ante el tema, es que avecino alguna hateada y trolleo. Pero vamos.

En Twitter dicen que bien podría ser "el himno a la cornuda" ya que Shakira lo único que haces es tirarle beef a Piqué porque le fue infiel. Mientras que muchos varones le cantan a sus carreras y a sus metas personales, o inclusive se pelean con otros varones por ser mejores, Shakira sólo le canta a su ex.

El lugar de la mujer empoderada y el empuje de los movimientos feministas se confunden en un tema que busca reivindicar el honor de la chica enamorada a la que le hacen trizas el corazón. Es justo, ¿no? Las mujeres le hacemos lugar al amor, le ponemos palabras al amor, nos gusta y nos apasiona el amor. Ahora me hago algunas preguntas, ¿hasta qué punto esa preponderancia al sentimiento nos libera? ¿O será que nos hace un doble nudo a nuestros propios estereotipos sexistas?

Los limoneros dan limones 

Es cierto que Bizarrap tiene sesiones con muchas mujeres y no todas son así. Los beef se reparten y también hay mensajes en contra del machismo, a favor del sexo y del descontrol en varias canciones. No es este caso. 

Shakira demostró que después de tantos años continúa siendo la misma. "Dónde están los ladrones", es un disco que nos atravesó como generación y marcó un antes y un después en nuestras canciones de amor. No hay milenial que no se sepa al menos tres temas enteros de ese disco o, cómo yo, el disco entero, de pe a pa, con los raps, grititos y comentarios. Y si bien en esa época (1998) que una mujer diga todo lo que dijo era bastante revolucionario, si analizamos un poco las letras, lo tóxico y lo posesivo del amor romántico brota. 

Shakira no cambió y esta sesión viene a coronar ese resentimiento y ese dolor de sentirse usada por un varón mentiroso. Entonces me pregunto, ¿hay que pedirle a Shakira feminismo? ¿O hay que agradecerle de forma infinita y desprejuiciada su consistencia?

Despechadas y qué

Las mujeres nos resistimos muchas veces a caer en los lugares en donde Shakira se tira de cabeza. Parece no importarle el mote de resentida y hasta lleva con orgullo ese impulso monstruoso, cliché y brutal de escupirle a la infidelidad, a la suerte y al tiempo.

¿Hasta qué punto reivindicarte rencorosa no le saca su impronta negativa? Estamos acostumbradas a ser socialmente sentimentales, hormonales, quienes actúan en base a sensaciones como rabia, bronca y dolor. A dejarnos atravesar por las sensaciones más allá de la frialdad de nuestros pensamientos. Shakira lo deja en claro y no le importa. Parece decir, entre líneas, que el amor nos pertenece y que somos reinas y señoras de la cuestión. Cientos de memes y comentarios también lo refuerzan: RIP Piqué es tendencia desde anoche. 

La reivindicación del lugar que la mujer ocupa en el amor me parece clave y la cantante toma en este tema el trono y la espada para posicionarse de nuevo como la reina del desengaño. Pero ésta vez no llora, ésta vez factura. Aprovechándose así, quizás, de las ventajas de una posición histórica e incómoda y refutándole al mundo su discurso triste sobre la mujer engañada.   

Toda escoba nueva siempre barre bien

Shakira le canta a Piqué pero también a su joven y actual pareja. Como una crónica de un tema anunciado, avecinó su actual realidad en "Si te vas", tema de su disco más escuchado. Su ex sale con una chica de 22 años y esa parece ser su peor pesadilla. 

Por otro lado, la violencia de un divorcio escandaloso la atravesó y se nota. Se defiende con uñas y dientes después de meses de exposición en el medio de un luto difícil en donde miles de personas hablan, dicen y creen que saben lo que sucede. A eso hay que sumarle radios, diarios y portales que afirmaron y mostraron fotos de la nueva pareja feliz y la revictimización de la infidelidad repetida por mil.    

La cantidad de bardeo que le aplica a la actual de su ex es un tema aparte. Lo insulta a él pero a su vez, para hacerlo, la utiliza a ella, para patearlo en el piso. Mensaje poco sororo que repite estereotipos tan vistos, las mujeres peleándose por un varón pero los varones peleándose por ser los mejores.

¿Cuantas veces desde los feminismos criticamos titulares de diarios en donde enemistan a dos artistas simplemente porque son mujeres? En general hay un varón en el medio y las cuentas feministas arden y se desgarran las vestiduras por un periodismo más responsable y libre de sexismo y micro violencias. Pero, ¿es lo mismo un medio que una persona? Claro que no. Entonces vuelvo a hacer la pregunta, si no se lo pedimos a otros artistas, sobre todo a los varones, ¿por qué se lo exigimos a Shakira?