El temporal que se abatió en la madrugada del 26 de mayo expuso las dificultades que en materia de infraestructura hidráulica todavía tiene el municipio de Lanús tras los casi ocho años de gobierno de Néstor Grindett, el jefe comunal del municipio, que ahora se candidatea como gobernador bonaerense de la mano de Patricia Bullrich.

Unos 70 milímetros caídos en pocas horas alcanzaron para exponer la falta de terminación de las obras empezadas y la ausencia de trabajos en grandes áreas de la comuna.

Las autoridades comunales esta vez no pudieron utilizar como excusa la crecida del Riachuelo, ya que no hubo sudestada, y la parte costera fue de las menos anegadas.

Históricamente el problema de inundación que enfrentaba el partido era el avance de ese curso de agua sobre los barrios ribereños, pero la altura del río en esta oportunidad estaba casi en los parámetros habituales.

Apenas amaneció, las redes sociales se llenaron de videos y fotos de vecinos que se quejaban por la situación en sus barrios.

En algunas zonas bajas no sólo se habían anegado las calles y avenidas, sino que también el agua había ingresado a las casas.

Las imágenes hacían referencia también al desborde de cloacas y pozos ciegos en las cuadras o barrios populares en los que todavía no llegó el servicio sanitario.

La situación por suerte no fue tan grave y no hubo que lamentar daños personales, ya que al tratarse de un feriado la mayoría de los vecinos pudo quedarse en su casa.

Las zonas más comerciales también fueron afectadas, aunque en este caso los negocios pudieron abrir más tarde, cuando el agua empezó a bajar.

Desde el municipio se enviaron camiones de desagote y cuadrillas de limpieza de sumideros, y el propio jefe de Gabinete, Diego Kravetz, se encargó de hacer públicas estas labores, aunque estos trabajos llegaron cuando el agua ya había inundado amplias zonas del municipio.