La visita del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a la casa del ministro de Economía, Sergio Massa y de su esposa, Malena Galmarini, fue presentada como una reunión de trabajo para planificar obras futuras en la provincia, pero al mismo tiempo provocó un golpe político en las tierras del intendente Fernando Espinoza.

El encuentro se realizó en la casa familiar del citado matrimonio en el partido de Tigre, con la excusa de analizar proyectos y obras a concretar en los próximos meses.

Massa estaba a punto de partir hacia China para intentar resolver algunas cuestiones de financiamiento, que le permitan al Gobierno llegar con cierta tranquilidad cambiaria y monetaria a las elecciones y al último tramo de la gestión.

Sin embargo, desde ciertos sectores del Frente Renovador y del peronismo bonaerense se comenzó a pensar en la posibilidad de que la actual presidenta de Aysa finalmente sea la compañera de fórmula de Kicillof en su intento reeleccionista.

Galmarini ha manifestado más de una vez que competirá por la intendencia de Tigre, y que intentará impedir un tercer mandato del intendente Julio Zamora, quien durante muchos años fue aliado de la pareja y finalmente terminó por romper con ella en los tiempos en los que Massa se alejó del kirchnerismo.

La fórmula Kicillof-Malena dejaría afuera a la actual vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario, quien se vería obligada a volver a su distrito original, La Matanza, y desplazar al actual intendente Fernando Espinoza, quien también tiene pensada su reelección.

Espinoza viene siendo criticado desde distintos sectores, especialmente por la ya desbordada ola de inseguridad que sufre su distrito, pero también puertas adentro de la gobernación por la falta de gestión en materia de infraestructura y servicios.

Desde que comenzó el año Espinoza ha sufrido una seguidilla de malas noticias, que empezaron cuando el Censo 2022 confirmó que la tasa de crecimiento de la población matancera estuvo muy por debajo de la media nacional.

Eso provocó que intendentes opositores pongan el grito en el cielo y hasta denuncias judiciales por considerar que se inflaron los registros del Censo 2010 para que el municipio, un histórico bastión peronista, reciba fondos de coparticipación por encima de los debidos.

Luego recibió otro cimbronazo cuando Patricia Cubría, esposa del funcionario y dirigente del Movimiento Evita Emilio Persico, lanzó su precandidatura a intendenta de La Matanza, con la aprobación de gran parte del aparato kirchnerista de la provincia.

La dirigente plantó bandera de guerra desde el primer día, a tal punto que su spot de campaña inicial fue llamado “Llora Espinoza”, para que no queden dudas de su intención.

Cubría tuvo la semana pasada la “bendición" nada menos que de Cristina Fernández Kirchner, quien la recibió en su despacho del Senado junto a otros integrantes de su espacio, con la excusa de diagramar la participación del Movimiento Evita en el acto del 25 de mayo.

Más recientemente, se confirmó además que el popular cantante de cumbia David Martínez, más conocido como “El Dipy”, se mete de lleno en la política de la mano de Javier Milei para intentar conquistar votos de los sectores populares desencantados con el oficialismo.

Ante este panorama, políticamente complicado para Espinoza, el actual jefe comunal de La Matanza podría buscar una salida postulándose como diputado o senador nacional.

Hace 10 días Espinoza recibió al embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, quien aspira a competir como candidato presidencial en las PASO por el sector más cercano al presidente Alberto Fernández.

Si bien la excusa fue la apertura de un encuentro de negocios a nivel multisectorIal, mucho se pareció a una advertencia contra los que impulsan su pase a retiro, no sólo de La Matanza sino también de la política.