El humorista mendocino Cacho Garay sumó una nueva imputación tras romper una orden de restricción al enviarle un mensaje de WhatsApp a su ex pareja, Verónica Macías Bracamonte, quién lo denunció por violencia de género.

Desde fines de abril Garay se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria en la casa de su hermana luego de que la Justicia mendocina lo haya imputado por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal reiterado" y "privación de la libertad agravada".

A partir de este hecho se le incorporó a la causa la imputación de "desobediencia" por una confusa conversación en la cual Garay le envió a Macías un audio de WhatsApp que duró algunos segundos, en el que no se escucha su voz sino solo ruido ambiente.

(Cacho Garay junto a su ex pareja, Verónica Macías Bracamonte)

A pesar de que no hay un mensaje hablado de parte del humorista el fiscal de Violencia de Género, Daniel Carniello, consideró que "violó la prohibición de acercamiento de manera virtual" ya que comunicarse por vía telefónica tiene el mismo alcance que presentarse en la casa de la denunciante.

La investigación por dicha desobediencia confirmó que el mensaje fue enviado desde el propio celular del hombre de 68 años y que salió desde la casa de su hermana en la localidad mendocina de Maipú.

Para el fiscal recién resolverán si el cómico va a prisión efectiva cuando se den a conocer los resultados de las pericias y entrevistas que le realizarán a la víctima para determinar la credibilidad de sus dichos. Estos estudios podrían demorar varios meses por lo que Garay permanecerá en su domicilio hasta que la Justicia tome una determinación sobre el caso.

Las primeras pericias psicológicas a Macías revelaron que "se encuentra con conciencia lúcida, vigil, orientada en tiempo y espacio” mientras que se remarca que Garay “le ha impuesto conductas a la examinada que han tenido el efecto de provocar restricción de sus espacios de libertad y de la participación social”.