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Vecinos de Puerto Madero apuntan al Gobierno porteño por invasión al espacio público

Señalan que muchos restaurantes invaden el espacio público, que muchas estructuras creadas durante la pandemia no fueron desarmadas e incluso advierten sobre el plan para construir una estación de servicio en un predio destinado originalmente a un colegio.

Vecinos de Puerto Madero apuntan al Gobierno porteño por invasión al espacio público
Poco espacio para caminar: una de las tantas denuncias de "invasión" del espacio público que hacen los vecinos de Puerto Madero.

Un grupo de vecinos denunció que el Gobierno porteño no hace nada para evitar situaciones de irregularidad que se producen en forma constante en contra del espacio público en Puerto Madero, una de las zonas más cotizadas de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde la Junta Vecinal del barrio afirman que los bares y restaurantes amplían en forma irregular sus extensiones, lo que dificulta cada vez más la posibilidad de caminar o correr por la zona.

El caso más reciente se produjo en el sector del Dique 3, con un negocio que no sólo colocó mesas y sillas en el exterior, sino que además instaló una estructura de madera que se apropió de los canteros y árboles que estaban alrededor.

De esta manera, según puede observarse en el video publicado en su cuenta de Instagram, el espacio para poder caminar o circular en bicicleta se reduce tan sólo a dos metros y, al tratarse de un piso de adoquines, por ejemplo, no permite el tránsito de una persona en silla de ruedas o el cochecito de un bebé.

“Es urgente poner orden. La Ciudad inclusiva y verde no es la que se ve reflejada en todo el recorrido del dique 3”, se quejan los vecinos en un mensaje dirigido a la Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, Clara Muzzio, y a la Agencia de Control Gubernamental de la Ciudad.

Los cuestionamientos además se fundamentan en que los decks gastronómicos que se permitieron agrandar o colocar en épocas de la pandemia del coronarivus todavía no fueron removidos, aunque sólo se utilizan en la mayoría de los casos durante los fines de semana, cuando la cantidad de consumidores es mayor.

Esta situación no es algo que sólo ocurra en Puerto Madero, sino que se multiplica en casi todo el territorio porteño.

Otra de las quejas de la Junta Vecinal es por la falta de arreglo o reposición de cartelería de la vía pública que fue vandalizada en los últimos tiempos, hechos por los que todavía no se conocen responsables, más allá de la cantidad de cámaras de seguridad que existen, tanto del GCBA como privadas.

Entre el material roto o robado enumeran los ubicados en Olga Cossettini al 1600 (esquina Rosario Vera Peñaloza); sobre la rotonda de Juana Manso y Vera Peñaloza; y toda la cartelería sobre Vera Peñaloza, entre Olga Cossettini y Alicia Moreau de Justo.

Otro tema que preocupa a los vecinos, que ya han planteado sus quejas ante las áreas correspondientes e incluso ante la Corporación Puerto Madero, es la gran cantidad de camiones que no sólo circulan por la zona, lo cual está absolutamente prohibido, sino que además utilizan las calles del barrio como lugar de pernocte.

Esto ocurre porque al ser una zona próxima al puerto, y además atravesada por el Paseo del Bajo, son muchos los camioneros que prefieren pasar la noche en sus calles por tratarse uno de los más barrios más seguros de Buenos Aires.

En el sector más próximo a la Reserva Ecológica también advierten que habitualmente estacionan durante días combis o casas rodantes, que en algunos casos son utilizados como viviendas por parte de vendedores ambulantes o puestos ilegales de comida.

Por último, denuncian que hay locales gastronómicos que arrojan la basura en los contenedores habilitados exclusivamente para los vecinos, en lugar de disponer de su propia recolección, tal como lo exige la reglamentación vigente.

Puerto Madero además es todavía escenario de un conflicto vigente por la construcción de una estación de servicio en terrenos cedidos al Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires.

Los vecinos están preocupados por el impacto ambiental que sufriría el barrio con esta obra, que provocó incluso una interna muy fuerte en la Iglesia Católica, ya que los terrenos le fueron donados para la creación de una Iglesia, viviendas para sacerdotes y una escuela.

Sin embargo, en una audiencia pública realizada el 29 de diciembre del 2020, la empresa desarrolladora, el GCBA y un sector eclesiástico, dieron a conocer que además se iba a levantar una estación de servicio.