En las últimas horas, se comunicó que las tarifas de electricidad en la provincia de Buenos Aires tendrán un fuerte incremento, según anunciaron las autoridades. La medida implica aumentos que van desde el 118% para usuarios residenciales de altos ingresos hasta un 413% para pequeños comercios, y un 186% para organismos públicos.

El aumento se justifica por el traslado a los cuadros tarifarios provinciales del incremento en el precio mayorista de la energía y la reducción de subsidios establecidos por la Secretaría de Energía de la Nación. El Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia especificó los detalles de las subas en un comunicado oficial.

Este aumento se suma a la acumulación de deudas por parte de las distribuidoras provinciales y cooperativas, que han mantenido sus operaciones con subsidios energéticos y pagos parciales a Cammesa. Se estima que, sumando el incremento del costo de la energía y el Valor Agregado de Distribución (VAD) para sanear la deuda con la empresa administradora, la tarifa sufrirá un aumento promedio del 180%.

A pesar de que se espera que estas medidas contribuyan a reducir los subsidios y generar ahorros fiscales, también generan preocupación por el impacto que tendrán en la economía de los hogares y los pequeños comercios.

El Gobierno provincial ha anunciado que las tarifas sancionadas tendrán vigencia transitoria de un año, mientras se lleva a cabo una revisión tarifaria quinquenal para garantizar la calidad del suministro y la ejecución de inversiones necesarias en el sector energético. Se aplicará un mecanismo de ajuste mensual a partir de abril para mantener el valor real de la tarifa transitoria.