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Los beneficios de las huertas en casa: conexión con la naturaleza, reducción de plásticos y alimento natural

Cosechar nuestros alimentos nos da la oportunidad de reconectarnos con la naturaleza, mejorar nuestra salud física con alimentos sin químicos y aprender una nueva habilidad 

Los beneficios de las huertas en casa: conexión con la naturaleza, reducción de plásticos y alimento natural

Poco a poco vamos tomando consciencia de la importancia de consumir alimentos menos procesados y más naturales. Con la llegada de la Ley de Etiquetado Frontal, que tiene como objetivo la promoción de una alimentación saludable, los consumidores buscan alternativas más nutritivas a la hora de comprar alimentos. Además de ese factor, la ganadería es responsable del 12% de las emisiones de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La industria alimentaria es una de las que más impacto tiene en el planeta, por eso se fomenta disminuir el consumo de carnes y el reemplazo por alimentos provenientes de plantas. Además de obtener mejoras en nuestra salud física, también podemos aportar a nuestra salud mental sumando una actividad sumamente enriquecedora: cultivar nuestro propio alimento.

Disminuir la huella ambiental, conectar con el alimento, conocer la estacionalidad de los alimentos, aprender sobre otras especies que habitan la ciudad, armar un ecosistema, relajarse, meditar, desestresar, favorecer la fauna local, consumir orgánico y local son algunas de las ventajas que obtenemos al armar una huerta en nuestra casa”, sostuvo Flor de Sitopia.

“La naturaleza es generosa si trabajamos a su favor, una gran maestra y un camino de sanación. Si se tienen en cuenta todos los beneficios para la salud propia y de los ecosistemas, es una inversión positiva. Lo recomiendo para quienes quieran probar un hobbie nuevo, a quienes les preocupa la situación ambiental del planeta, a quienes quieren mejorar su dieta, a quienes viven en grandes ciudades y padecen de estrés, a quienes les gusta la gastronomía, a quienes les gusta observar y aprender de los ciclos”, reflexionó Flor.

Al cultivar alimentos en nuestro hogar, evitamos la generación de plásticos de un solo uso como los envoltorios que cubren los vegetales en el supermercado o las bolsas que nos dan en la verdulería. Reducir es el primer paso para que nuestro impacto negativo en el planeta sea menor.

La Licenciada en Nutrición Camila Martínez consideró que es “100%  más saludable consumir productos cosechados en nuestra casa”: “Sabemos qué le ponemos a la tierra, cómo cuidamos ese producto. Chau pesticidas, chau tóxicos que le pone la industria. Es positivo porque aprendés y tenés más contacto con el alimento, eso te da más ganas de consumir ese tipo de productos”.

"Lo negativo de los alimentos procesados es justamente el exceso de cosas que le agregan. Cuando uno lee los ingredientes ve la cantidad de cosas extra e innecesarias que le suman: azúcares, conservantes, saborizantes y más. Lo que hacen es que ese producto dure más y sea más adictivo", explicó Martínez.

Desde Sitopia ofrecen capacitaciones online y todos los insumos para comenzar: semillas agroecológicas, germinadores biodegradables, macetas elevadas o geotextiles, herramientas, abonos y preventivos de plagas. En sus redes sociales comparten consejos sobre cómo comenzar, calendario lunar de siembra, y mucho más. Además, abren su huerta al público para diversos cursos presenciales en Villa Crespo, CABA. 

¿Cómo arrancar? De acuerdo al equipo de Sitopia, lo más fácil es empezar con aromáticas, hortalizas de hoja como rúcula, lechuga, espinaca, acelga, perejil, hinojo o eneldo. “Para ganar confianza, lo mejor es hacer un curso con conceptos básicos”, recomendaron. Lo primordial es lograr un vínculo con la naturaleza, que sea un espacio de relajación y desconexión.

Tips para huertas

Aromáticas: "Cuando enseñamos a hacer huerta, enseñamos a hacer un ecosistema. Nada aislado es suficiente para que sea fuerte o resiliente. Siempre está bueno incorporar diferentes especies y eso enriquece", comentó Flor y agregó: "Lo que recomendamos es meter aromáticas: todas las que te gusten, todas las que te parezcan lindas. De alguna manera actúan como una especie de barrera olfativa para posibles plagas que se puedan desarrollar en la huerta".

Poné cosas que te gusten: "No pongas rabanitos si no te gusta, por más de que sean rápidos y fáciles. Poné cosas que te gusten, que te cautive y después cosecharlo".

No es solo cosechar: "Se disfruta del proceso. Después viene la cosecha, que es deliciosa. Pero esto es una huerta para disfrutar, no es una huerta comercial ni productiva en la que si no cultivás todo perfecto, no vas a comer mañana. Es algo muy relajante, se convierte en algo meditativo, se convierte en un espacio lindo y personal. Está bueno tener estos vínculos con la naturaleza, porque inevitablemente cuanto más nos vinculamos con la naturaleza, más natural nos va a salir cuidarla".

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