La Fundación Natalio Morelli denunció al director de Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, por el contenido sexual explícito en material educativo.

La acusación contra el funcionario bonaerense, explicaron desde la Fundación, “es por haber permitido la distribución de material educativo que contiene fragmentos de contenido sexual explícito a menores de edad en establecimientos educativos de la provincia”.

“Los textos, dirigidos a adolescentes de 12 y 15 años y, en algunos casos, a niños más pequeños, contienen pasajes explícitos que exceden ampliamente los límites de la educación sexual integral”, advirtió la fundación. 

Su presidenta, Bárbara Morelli, sostuvo que la exposición de los niños y adolescentes a este tipo de contenido “vulnera su derecho a una educación que respete su integridad y desarrollo”. 

En su presentación, solicitaron que medidas cautelares para detener la distribución de estos textos y su secuestro, y que Sileoni sea citado a declarar.

El descargo de Sileoni

El funcionario bonaerense protagonizó este lunes un tenso cruce con el periodista Eduardo Feinmann en su programa en Radio Mitre, en el que el conducto lo calificó como “uno de los degenerados del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires”. 

Quien fuera ministro de Educación de la Nación entre 2009 y 2015 defendió la difusión de este material y aseguró que “es una colección de literatura que no es para los estudiantes”. 

“Son una herramienta para los docentes y bibliotecarios y no se obliga a los estudiantes a leerlos”, explicó. "Hay libros para la secundaria básica, de 12 a 15 años. Si hay libros que tienen una temática política, o relaciones problemáticas, o escenas de sexo o lenguaje soez, esos libros van para la secundaria orientada, donde hay jóvenes de entre 16 y 19 años. Y llevan una inscripción que dice ‘requiere acompañamiento docente’”, agregó. También dijo que los padres están “indignados por lo que escuchan en los medios de comunicación”.

Sileoni advirtió que “a los 16-19 años, e incluso antes, los chicos están inmersos en el desarrollo de la sexualidad. Y todos sabemos que mucho antes de los 16, con un click, acceden a la más brutal pornografía”. “Esto no es pornografía, esto es literatura”, afirmó. Y remató: “Esa escena puede convertirse, aunque muchos no lo crean, en una escena pedagógica en el aula”.