El dirigente social Juan Grabois fue detenido el sábado por la tarde tras participar en la ocupación del emblemático Instituto Juan Domingo Perón, ubicado en Recoleta, que había sido clausurado días antes por el gobierno de Javier Milei.

El operativo policial, autorizado por las máximas autoridades del Ejecutivo, incluyó el uso de gas pimienta y forcejeos. Según la Policía Federal, al menos cuatro efectivos resultaron lesionados durante el desalojo.

Grabois, junto a parlamentarios como Itai Hagman y Natalia Zaracho y militantes del Frente Patria Grande, ingresaron al edificio a través de una puerta conectada al café contiguo. Desde los balcones ondearon banderas con consignas como “Si no podés elegir, no hay democracia”.

La detención no se basó en una orden judicial, lo que generó un fuerte repudio del peronismo y cientos de personas que se autoconvocaron frente a la comisaría en Villa Lugano para exigir su liberación. 

Intervino el Juzgado Federal N°2, a cargo del juez Sebastián Ramos, bajo la sospecha de “tentativa de usurpación, lesiones y daños”. Grabois fue liberado en la madrugada del domingo, tras permanecer detenido cerca de doce horas. 

Al salir, afirmó que no se le había imputado ningún delito concreto y aseguró que se trató de una manifestación pacífica para defender la memoria histórica peronista. Grabois fustigó duramente al Gobierno y a la ministra Patricia Bullrich, aseverando que no tiene “imputación específica” y anunciando que se mantendrá en una oposición activa.