El próximo 31 de agosto, Corrientes renovará su figura ejecutiva con una disputa electoral que está marcada por la tensión entre el gobernador radical Gustavo Valdés y Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y referente de La Libertad Avanza nacional.

En el centro del conflicto se encuentran las negociaciones para acordar candidaturas y alianzas, que avanzan a paso lento por diferencias programáticas y estratégicas. Mientras los libertarios presionan por imponer un postulante propio, Lisandro Almirón, diputado nacional que responde a Milei, el gobernador busca que su espacio provincial decante primero, sin comprometer nombres nacionales. Valdés propone como candidato a su hermano Juan Pablo Valdés, intendente de Ituzaingó, o al senador Eduardo “Peteco” Vischi, figura destacada del radicalismo local.

Desde el entorno de La Libertad Avanza correntina, se insiste en la necesidad de una definición “integral”: que el acuerdo abarque tanto la elección provincial como las legislativas de octubre. Sin embargo, en la Casa Rosada admiten que el acuerdo está demorado, y que Milei no permitirá ir con espacios aliados ni con “candidatos testimoniales” minoritarios.

La situación recuerda al acuerdo alcanzado en Chaco, donde Karina Milei tuvo un entendimiento provincial con Leandro Zdero sin interferir en listas nacionales. En Corrientes, el plan sigue un cauce similar, aunque sin consensos firmados y con roces visibles entre el radicalismo y los libertarios.

A poco más de dos meses de la elección, la perspectiva es incierta: Valdés y Milei conversan, pero sin definiciones claras. Si no se concretan acuerdos, Corrientes promete votar con rivalidades internas potentes y en medio del pulso entre el radicalismo provincial y el armado nacional de Milei.